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Aznar lanza un mensaje de ánimo a la Guardia Civil y le exhorta a actuar con "estricta legalidad"

El presidente del Gobierno, José María Aznar, dedicó ayer a la Guardia Civil una de sus primeras salidas de La Moncloa para asistir a un acto institucional en España. Su presencia en el Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada para la entrega de despachos a la 78ª promoción fue un gesto claro. Trató de infundir moral al instituto armado, tras tos últimos episodios del caso GAL, que han alcanzado a alguno de sus mandos más conocidos. Pero más allá del gesto, Aznar lanzó al menos tres mensajes de fondo: apoyo del Gobierno para actuar "desde la más estricta legalidad"; invitación a olvidar "el pasado" y exhortación a mantener "el respeto a la ley, el honor, la disciplina y el sometimiento al poder legítimo".

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Aznar, que mañana viajará a Bosnia para visitar al contingente militar español, llegó a las instalaciones de Valdemoro (Madrid) poco antes de las diez de la mañana y mantuvo durante unos minutos un encuentro con generales del cuerpo que fuentes del propio instituto calificaron "de cortesía".El patio del Colegio de Guardias Jóvenes, estaba abarrotado de familiares de los 298 alumnos y 25 alumnas que recibían el despacho de guardias eventuales.

El anuncio de la llegada del excelentísimo señor presidente del Gobierno" fue acogido con aplausos, que se redoblaron cuando pasó revista a los guardias en la gran explanada de las instalaciones y cuando subió a la tribuna presidencial.

Allí se situó solo, adelantado. Detrás, el ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja; el director de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, y el presidente de la Comunidad de Madrid, AIberto Ruiz-Gallardón.

La imagen del poder civil, sobrepuesto a la concentración de fajines del generalato y altos mandos de la Guardia Civil y del Ejército, se hizo patente durante Ias dos horas de la ceremonia bajo un sol apaciguado a ratos por alguna nube.

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Aznar leyó un texto que no fue fotocopiado para los infomadores porque, según fuentes de los servicios de prensa de la Presidencia, contenía abundantes anotaciones a mano de su puño y letra. El discurso se movió entre la abierta exaltación -"la Guardia Civil ha tenido, tiene y tendrá un papel esencial en la articulación de nuestra nación"- y una doble exigencia de plegarse "a la más estricta legalidad", subrayada también como compromiso del propio Gobierno, y "al respeto a la ley, el honor, la disciplina y el sometimiento al poder legítimo".

Aznar hizo una significativa apelación al pedir a los guardías que "nada, absolutamente nada del pasado os lastre una sola posibilidad de futuro".

Hubo más reconocimientos explícitos del papel de la Guardia Civil, como cuando afirmó que "es algo más que una institución, es un símbolo que une a los españoles". Aznar dio también seguridades en un terreno especialmente delicado para el estamento militar, al confirmar que el nuevo plan de despliegue territorial garantizará "vuestra presencia en todo el territorio nacional", dijo, haciendo a los guardias destinatarios del anuncio.

Nada más concluir el acto, Aznar viajó a Londres para asistir a la final femenina de Wimbledon entre Arantxa Sánchez Vicario y Steffi Graff. Su salida fue lenta, entre la aglomeración fervorosa de muchos asistentes.

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