Clausura del quinto curso de la escuela Reina Sofía

En la capilla del palacio de El Pardo se clausuró el jueves el quinto curso de la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Una vez más, Su Majestad, acompañada por los duques de Soria, estuvo presente. Entregó los diplomas a lo! alumnos distinguidos y una placa dedicada al tenor y profesor del centro Alfredo Kraus. La presidenta de la escuela, Paloma O'Shea, subrayó el crecimiento progresivo de los estudios y actividades pedagógicas, así como la multiplicación de actuaciones solistas y de grupo de los alumnos, que alcanza ya un alto nivel de profesionafidad. Mostró su gratitud a la Reina y a lo...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En la capilla del palacio de El Pardo se clausuró el jueves el quinto curso de la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Una vez más, Su Majestad, acompañada por los duques de Soria, estuvo presente. Entregó los diplomas a lo! alumnos distinguidos y una placa dedicada al tenor y profesor del centro Alfredo Kraus. La presidenta de la escuela, Paloma O'Shea, subrayó el crecimiento progresivo de los estudios y actividades pedagógicas, así como la multiplicación de actuaciones solistas y de grupo de los alumnos, que alcanza ya un alto nivel de profesionafidad. Mostró su gratitud a la Reina y a los patrocinadores de las distintas cátedras y conjuntos de cámara, y apuntó la necesidad de un mayor apoyo institucional.Tras el ceñido informe del director, Florentino Portero, y la lectura por el secretario del patronato, Gómez Navarro, de la relación de profesores incorporados al cuadro docente y de los alumnos de mayor valía, la Orquesta de Cámara de la escuela, dirigida por el maestro, británico James Judd -una batuta internacional en ascenso-, interpretó el Concierto de Brandeburgo número 6, de Bach, y el Octeto de Mendelssohn en la versión orquestal. En Bach demostraron su calidad técnica y estilística los violas José Manuel Román (Caracas, 1963), incorporado ya como enseñante a la cátedra de su especialidad, y Manuel; Ascanio (Caracas, 1975), quienes -dieron fe, como todos sus compañeros, de una técnica sólida y refinada y de un muy recto criterio musical. Fueron largamente ovacionados por una asistencia que copó la capilla y siguió el acto con espíritu participativo.

En su salutación del programa evoca Paloma O'Shea los cinco años transcurridos en una tarea musical apasionante. Apenas son nada ni siquiera dentro de los límites de una vida humana. Pero valen como una roca básica cuando se trata de una actividad nueva, más aún si en un lustro alcanza la resonancia y el prestigio internacional de los que goza la escuela Reina Sofía. Se trata de una obra artística exigente y ambiciosa y, por tanto, también de una obra social. En ella están empeñadas instituciones y empresas en número cada vez más alto: el futuro parece asegurado.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En