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EE UU estudia sanciones de represalia contra Bogotá

La guerra diplomática entre los Gobiernos de Estados Unidos y Colombia ha entrado en una fase todavía más ácida, después de la decisión de la Cámara de Representantes colombiana de absolver al presidente Ernesto Samper de las acusaciones sobre el uso de dinero del narcotráfico en su campaña electoral. Nicholas Burns, portavoz del Departamento de Estado, consideró que la votación parlamentaria "no se basó en una revisión a fondo de las pruebas", y anunció que en las próximas semanas se estudiará la posibilidad de aplicar sanciones de represalia contra Colombia.Burns no pudo ser más claroni más amenazador al esbozar el agitado futuro que se avecina en la relación entre Washington y Bogotá: "Los Gobiernos que recompensan la corrupción y que permiten que la influencia de los narcotraficantes llegue a los más elevados niveles de autoridad tendrán relaciones difíciles con EE UU".

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En marzo de este año, el presidente Bill Clinton decidió que Colombia no cumplía los requisitos exigibles a un aliado en la lucha contra las drogas. Esto, aparte de la bofetada que supuso para el presidente Samper, ha tenido hasta ahora pocas repercusiones económicas y comerciales.

Aun a riesgo de profundizar la brecha que se está abriendo entre los dos países, Nicholas Burns pronosticó la continuación de los problemas en Colombia, al señalar que la votación de los parlamentarios "no resolverá la crisis de confianza" que atraviesa el país. El portavoz del Departamento de Estado no acepta que este tipo de comentarios puedan considerarse intromisiones o puedan alimentar el sentimiento popular contra EE UU entre los colombianos y reforzar la popularidad de Samper.

"Tenemos todo el derecho del mundo a hablar de estas cosas... Si el Gobierno colombiano no es eficaz en la lucha contra el narcotráfico, eso tiene un impacto negativo sobre nosotros, sobre los chicos pobres, de nuestras ciudades... Rechazamos firmemente el razonamiento de que de alguna forma ésta es una nueva manifestación de imperialismo de EE UU. Eso es un disparate, porque el asunto nos afecta directamente".

El "enemigo", para Washingon, es Samper y su entorno. Estados Unidos establece públicamente diferencias y asegura que seguirá colaborado con los elementos del Gobierno colombiano "que han demostrado ser socios fiables en la lucha contra los narcóticos". El portavoz del Departamento de Estado confirmó que, a corto plazo, se celebrará una reunión de representantes de los dos países para reorganizar la lucha antidroga.

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