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Entrevista:JOSÉ MANUEL ROMAY BECCARÍA | MINISTRO DE SANIDAD Y CONSUMO

"Pactaremos con los médicos las listas de espera"

Un ejemplar de las estrategias sanitarias en Galicia y otro de los discursos del político y escritor checo Václav Havel es la tarjeta de visita del nuevo ministro de Sanidad, José Manuel Romay Beccaría. "Un político debe tener principios y buenos modales", repite Romay el título de un artículo de Havel que también proporciona al entrevistador. Es un terreno en el que se muestra más locuaz que a la hora de fijar la política de su ministerio. Las listas de espera, la reducción del gasto farmacéutico, la mejora de la productividad de los hospitales. Todo se va a hacer con "la incentivación de los profesionales", aunque todavía no tenga puestos nombre y fecha a la tan prometida carrera profesional de los médicos.El ministro de Sanidad, antiguo en estas lides, ya que fue subsecretario de este departamento con Fraga, a mediados de los 60, cita también a Dahrendorf y, sobre todo, a Popper, "es la mejor teoría de la nueva alianza entre la constitución liberal y la reforma social".

Pregunta. ¿Cómo se aplica todo esto a, la política sanitaria?

Respuesta. Eso se aplica manteniendo valores que son irrenunciables en la sociedad en la que estamos: los recursos y el principio de aseguramiento universal, haciéndolo compatible con la libertad de elección dentro del sistema público. De esa elección del paciente entre un hospital y otro, se derivan consecuencias, ingresos para ese hospital, y que haya una cierta competencia, entre comillas, entre las instituciones públicas. Para que funcione bien, hay que conseguir que el dinero siga al paciente, con ventajas para el centro capaz de dar una mejor atención en todos los órdenes. Por ahí es por donde van las reformas sanitarias que se están haciendo en Europa: una especie de mercado planificado dentro del sistema público.

P. ¿Piensa sólo en el Insalud?

R. Me gustaría que éstas ideas se asumieran por todos los que tienen responsabilidades en este campo. En ese sentido va la ponencia [la ponencia parlamentaria para la reforma de la Sanidad] y hay bastante consenso en todas la comunidades autónomas, incluso de distinto signo ideológico.

P. ¿Prevé más competencias para el Consejo Interterritorial de Salud?

R. Tenemos que partir del Estado que tenemos y de las competencias que tienen los gobiernos autonómicos. Hay que ser respetuosos con estas competencias y nada más lejos de mi ánimo que alterar estestatus. Se pueden intentar acuerdos y consensos sobre estas cuestiones, si creemos que representan ventajas para todos.

P. ¿No se está creando una sanidad de primera y de segunda según la riqueza autonómica?

R. Yo creo que el Sistema Nacional de Salud tiene que buscar la equidad en el ámbito territorial y tratar de elevar el nivel de las más retrasadas. Pero tampoco me repugnaría que, una vez que el sistema llegue a unos niveles, si una comunidad, con sus propios recursos quiere hacer algo más, pues eso también lo tenemos que admitir.

P. ¿Cuando se completarán las transferencias sanitarias?

R. El horizonte es el final de esta legislatura o principios de la que viene. Y una línea de trabajo en la que queremos incidir, es en crear servicios regionales del propio Insalud para que sirvan de base a la futura organización autonómica.

P. El primer anuncio de Aznar como presidente ha sido un plan de choque para reducir las listas de espera ¿se hará con recursos públicos o privados?

R. Pues con las dos cosas. Potenciando la sanidad pública, incrementando los recursos, manejando mejor la programación de las intervenciones. Hay que aprovechar los recursos de los propios servicios por las tardes, y recurrir también a la oferta del sector privado como complemento. Primer objetivo: aprovechar mejor los recursos públicos y luego los privados.

P. Ahora, al menos Aznar, habla de mucha menos lista de espera que las cifras que manejaba desde la oposición.

R. Las cifras que manejamos, del Insalud, son de ciento sesenta y tantas mil. De éstas, alrededor de 50.000 son de más de seis meses, 5.000 de más de dos años, y las otras, de menos de seis meses. Nuestro objetivo a 31 de diciembre, es conseguir que no haya nadie en lista de espera con más de dos años, y los que esperan más de seis meses que hayan bajado de veintitantos mil a 14.000

P. El equipo anterior chocó con los médicos en este terreno. ¿Cuál es su varita mágica?

R. Desde luego en Galicia no teníamos ninguna varita mágica. Con medidas análogas a las que vamos a aplicar aquí, consegui

dos años que la espera media se redujera de 253 días a 85. Y que las 8.000 personas que teníamos con más de un año de espera se redujeran a 1.600.

P. ¿Se pagó más a los médicos?

R. Llegamos a acuerdos con los profesionales para que hicieran esos trabajos en jornada de tarde después de fijar unos objetivos en jornada de mañana y ampliar su dedicacion a las tardes.

P. ¿Pero cómo se motivará al profesional?

R. Con participación, con estímulo profesional, con estímulo económico, con promociones, con carrera profesional, como se quiera llamar. Ahora mismo están encorsetados con una estructura burocrática. Hay que crear un paralelo a la carrera de jefaturas, que tenga en cuenta los méritos académicos y los científicos.

P. ¿Qué política farmacéutica va a seguir teniendo en cuenta que este país gasta mucho en medicinas?

R. Es verdad que gasta mucho, sobre todo supone una parte del gasto sanitario porporcionalmente mayor que en otros países. Eso es así. Y pensamos que es un sector donde hay que hacer un esfuerzo por contener y racionalizar el gasto

P. ¿Tiene previsto un mayor mercado de genéricos?

R. Esa es una medida sobre la que se está trabajando y vamos a hacer un esfuerzo junto con la industria para contener este gasto.

P. Los defensores a ultranza del libre mercado sugieren que todos los ciudadanos deben pagar los medicamentos, incluidos los jubilados.

R. Espero que, con medidas internas de mejora de gestión y dispensación, seamos capaces de conseguir estos objetivos sin que afecte a las condiciones en que se prestan los servicios a los ciudadanos. Con estas cosas hay que tener mucho cuidado porque pueden afectar a aspectos muy importantes de la equidad y nada más lejos de nuestras intenciones que afectar a estos valores. Ahora mismo, nos contentamos con conseguir reducciones del crecimiento del gasto farmacéutico, con medidas que afecten la industria, a la distribución y nuestra forma de gestionar, sin tocar la situación de los ciudadanos.

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