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La consejera de Sanidad quiere desmantelar el poblado chabolista de la Cañada Real por insalubre

La consejera regional de Sanidad y Servicios Sociales, Rosa Posada, aseguró ayer en la Asamblea de Madrid que el poblado chabolista de Cañada Real (dos filas de casetas de madera junto a la incineradora de Valdemingómez) es "una vergüenza para todos". Posada anunció que haría todo lo posible para desmantelarlo cuanto antes, informa Servimedia. El poblado fue levantado el 9 de mayo de 1994 para realojar a 53 familias expulsadas del Camino de los Toros (San Blas).La consejera de Sanidad reconoció ayer que la zona no reúne las mínimas condiciones higiénico-sanitarias". Hace 18 meses, un estudio sanitario encargado por el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid reveló que los niños que vivían en Cañada Real padecían múltiples enfermedades. Entre ellas, micosis (infección producida por hongos), conjuntivitis y desnutrición. Enviaron sus conclusiones a la Asamblea y se quejaron al Ayuntamiento de Madrid, responsable del poblado. Nadie les hizo caso. Explicaron incluso que los perros del lugar, propiedad de los chabolistas, tenían garrapatas (el 94,4%), sarna (66,71%) y hongos (22%).

La consejera de Sanidad se comprometió ayer en la Asamblea a llevar su propuesta de desmantelamiento al Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginal.

Según los últimos datos en poder de Posada, obtenidos tras una visita de técnicos de su departamento a Cañada Real efectuada el pasado 17 de mayo, en ese poblado habitan 58 familias, aunque 29 "se encuentran ausentes, con signos aparentes de no residir allí en la actualidad", informa Efe.

Sin transporte ni servicios

Del total de familias, 25 perciben el Ingreso Madrileño de Integración -ayuda que concede la Comunidad de Madrid en casos de extrema pobreza- y otras 11 "están al la espera de recibirlo", aunque no muestran "gran interés" por saber cómo van los trámites administrativos.La descripción hecha por Posada de Cañada Real define el lugar como "de difícil acceso, sin transporte público ni servicios de ningún tipo". Posada explicó que el agua que sale de las tres fuentes "de caño estrecho" que existen en el lugar es potable y que hay malos olores por la proximidad de un vertedero. La consejera aseguró que no se apreció entre la población ninguna patología infectocontagiosa, aunque desconocía si los niños habían sido adecuadamente vacunados.

La diputada socialista Henar Corbi ofreció otra visión más pesimista: "Hay una invasión de ratas e insectos que obligan a los padres a hacer turnos de vigilancia por las noches", dijo. Todos los grupos parlamentarios agradecieron la opinión de Posada favorable al desmantelamiento del poblado chabolista situado a las puertas del mayor vertedero de la región.

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