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Caminero quiere irse del Atlético

Caminero quiere dejar el Atlético. Eso ya ha quedado claro, probablemente lo único en esta historia misteriosa, confusa y contradictoria. El jugador aduce motivos sólo personales para justificar su postura, una serie de insatisfacciones en el trato personal, principalmente con el presidente, Jesús Gil, y asegura que aún no existe oferta alguna por sus servicios. Gil no le cree y da por hecho que detrás de todo anda otro equipo (el Barça, sospecha). El club asume el adiós de su futbolista bandera, aunque sólo si antes paga su cláusula de rescisión: 1.500 millones de pesetas, más IVA.

La noticia retumbó ayer con fuerza en el balneario de Puente Viesgo. Jesús Gil había revelado la noche anterior, desde los micrófonos de la COPE, que Caminero le había pedido la baja. El dueño del Atlético, indignado, había cargado contra el Barcelona y contra el jugador. Pocas horas antes de que ayer la selección española partiera hacia Inglaterra, Caminero, intentando dar sin conseguirlo muestras de naturalidad y calma, dio su versión de los hechos. Triste, con el ánimo en el suelo, el jugador pronunció palabras muy distintas, casi opuestas, a las que había lanzado los últimos días desde que saltó el rumor de un posible fichaje por el Barcelona. Ayer, debajo de una gorra blanca con la visera hacia atrás, Caminero ya no dijo que quería quedarse en el Atlético. Todo lo contrario: "Le he pedido a Gil que si llega una oferta por mí, que la estudie. Aunque sea inferior a mi cláusula".Caminero, de pronto, descubrió problemas personales que le forzaron a tomar esta decisión: "No es que no esté contento aquí. Detrás de esto hay muchas circunstancias que no dependen del fútbol y que son muy personales. La idea de marcharme me rondaba en la cabeza hace tiempo. Son situaciones personales fuera del equipo. No tiene nada que ver con mis compañeros ni con el entrenador. La decisión hace mucho tiempo que la tomé". El jugador insistió en que no es un problema económico ni deportivo ("hay muchas cosas por encima de una Liga Europea", dijo).

Aunque no quiso dejarlo claro, los problemas principales del jugador, al parecer, son que no olvida los excesos de Gil en los malos tiempos. Incluso en este año de éxitos, el presidente llegó a quejarse, con bastante mal gusto, de que el jugador trasladaba al terreno de juego sus nervios previos a la paternidad).

Caminero tampoco aportó muchos datos sobre su destino, incluso aseguró que aún no existe oferta alguna por sus servicios. "Ni hay ofertas ni mi representante ha negociado con nadie hasta ahora. Me gustaría jugar en Italia. O en un equipo que no sea de Madrid. Lo que busco, si me dan la oportunidad, es jugar en un sitio diferente", señaló.

Hasta ayer, Caminero simplemente se había dejado querer ("si llegara una oferta, el Atlético me dijera que necesita el dinero y la propuesta fuera del Barcelona, pues me iría"'), pero proclamaba a los cuatro vientos su bienestar de rojiblanco. ¿Por qué un cambio tan brusco de discurso? El futbolista se defendió como pudo: "Creí que la mejor manera de resolver esto era guardármelo para mí y para el club". Además de a Gil, Caminero anunció su decisión a Javier Clemente y, hace días, a Radomir Antic.

El Atlético, sin embargo, sospecha que detrás de la confesión de Caminero se esconde un cambio de estrategia del "club que le calienta la oreja" desde hace tiempo: si el jugador dice que se quiere ir, su tarifa se abarataría. Pero Gil afirmó ayer que no va a ceder: "Antes muertos que rebajar un duro. El que venga por él tiene que pagar 1.740 millones de pesetas. La cláusula más el IVA".

Caminero no fue del todo claro y deja un camino abierto para las especulaciones. Ayer mismo surgió el Valencia como otro posible candidato a ficharle, toda vez que el club levantino percibirá 1.250 millones del Real Madrid por el traspaso de Pedja Mijatovic.

En sus declaraciones, Gil ha conjugado la indignación con el pragmatismo. "Un jugador que no quiere jugar en nuestro equipo, paga y se va. No pasa nada. Aquí no es imprescindible nadie. Lo que está claro es que no te puedes enamorar de los jugadores". El dueño del Atlético, pese a que en la noche del martes llegó a decir que no quería volver a ver a Caminero "ni en pintura", tuvo también palabras de comprensión: "Le conozco. Si él consigue su objetivo, o sea, que los que le han metido en la cabeza todo esto le den el dinero, bien. Pero si no, reconocerá que se ha equivocado y no pasa nada".

A Antic, el jugador le avanzó sus intenciones hace ocho días. El técnico, ayer, afirmó: "Caminero me ha decepcionado. Pero no vamos a seguir sus reglas de juego. No vamos a ponernos nerviosos. Si pagan, bien, si no, no pasa nada". Lo que el entrenador desconoce son los supuestos problemas personales del jugador.

La reacción de sus compañeros fue de sorpresa. A Molina le extrañó: "No era lo que habíamos comentado estos días". Kiko no quiso meterse: "Es mayorcito para saber lo que hace. Yo no sabía nada. Si se va, se le echará de menos". "Para nosotros es un jugador superimportante. Yo haría todo lo posible para que se quedase", apostilló Solozábal.

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