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FUTBOL 29ª JORNADA DE LIGA

El Valladolid abandona el "farolillo rojo"

El Valladolid sigue vivo. Ayer, frente al Racing, se quitó de encima las últimas diferencias importantes que le quedaban por restar en la clasificación tras la reacción que supuso la llegada de Vicente Cantatore. Al técnico chileno las cuentas le salen cada día mejor, porque esa es la táctica esencial del Valladolid, contar, medir y rentabilizar las posibilidades de gol forjadas en los contragolpes. La derrota del Mérida en su campo, ayer, frente a la Real Sociedad, deja a los extremeños a sólo un punto del avance pucelano, mientras que el Salamanca, caído en Madrid, pasa a ocupar la última plaza.El Racing se llevó de Valladolid tres goles, dos expulsados y la sensación de que le queda mucho por hacer para respirar tranquilo. El partido nació condicionado por el penalti cometido en el minuto 5 por Pablo sobre Peternac y la expulsión del central cántabro. A partir de ese momento la propia desidia del Valladolid convirtió lo que podía haber sido una tarde tranquila en un constante estado de nervios del que el fútbol estuvo ausente y al que contribuyó de manera decisiva el árbitro, Núñez Manrique, que repartió tarjetas sin ton ni son y llegó a provocar la histeria de más de un jugador.

Salvado el escollo de la primera parte, con la modorra de la siesta despejada por el descanso, el Valladolid decidió reventar el partido nada más comenzar la reanudación. Peternac se bastó para amedrentar al rival con un gol, un par de jugadas de peligro y la fuerte dosis de carácter guerrillero que el balcánico pone en todas sus acciones.

El Racing, sin embargo, encontró un respiro en el gol de Popov, pero el partido tenía que ganarlo el equipo que fuera capaz de con un solo golpe tumbar al contrario, y ese golpe llegó inmediatamente después del gol del Racing, en forma de centro magistral de Fernando -un jugador traspasado desde el Madrid B que acrecienta su fama y categoría en cada partido que juega- por desde la izquierda, que Peternac remataba a la red, completando su tarde más hermosa -nunca había conseguido tres goles en un partido- desde que es jugador del Valladolid.

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