GENTE

EL MAL NEGOCIO DEL NOTARIO

El notario André-François Raffray decidió hacer una buena inversión inmobiliaria en 1965. Para ello contactó con Jeanne Calment, una anciana viuda de 90 años propietaria de un apartamento en el primer piso de una casa situada en el centro de la localidad francesa de Arles. A cambio de que el apartamento pasase a propiedad del notario a la muerte de la anciana éste le pagaría una renta mensual vitalicia de 2.500 francos (algo más de 60.000 pesetas). Lo que el avispado inversor no sabía es que estaba contratando con la que se convertiría en la mujer más vieja de la humanidad, que e...

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El notario André-François Raffray decidió hacer una buena inversión inmobiliaria en 1965. Para ello contactó con Jeanne Calment, una anciana viuda de 90 años propietaria de un apartamento en el primer piso de una casa situada en el centro de la localidad francesa de Arles. A cambio de que el apartamento pasase a propiedad del notario a la muerte de la anciana éste le pagaría una renta mensual vitalicia de 2.500 francos (algo más de 60.000 pesetas). Lo que el avispado inversor no sabía es que estaba contratando con la que se convertiría en la mujer más vieja de la humanidad, que en la actualidad cuenta 120 años. El pasado día 25 el notario André-François Raffray falleció en Arles a los 77 años. Jeanne Calment, con sus 1,50 metros de altura y sus 45 kilos de peso, continúa disfrutando de la vida y de la renta en una residencia de esa ciudad. Desde entonces ha recibido 920.000 francos. Por otra parte, el piso, cerrado desde hace muchos años, no está en buenas condiciones y su valor se calcula en una tercera parte de la cantidad pagada hasta ahora. Como recordaba la anciana el día de su cumpleaños, el pasado mes de febrero: "En la vida, a veces se hacen malos negocios". Ahora los herederos del notario deberán decidir si aceptan su legado y continúan pagando la renta a la longeva dama.-

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