La pinza retrete
El Ayuntamiento reparte 15.000 unidades de su último invento para recoger las heces caninas
El Ayuntamiento presentó ayer el enésimo invento mágico contra las, heces caninas. Primero fueron los evacuatorios, públicos para perros; luego las máquinas expendedoras de bolsas hace dos años, una nueva variante de bolsa-guante, y el pasado año, varias motocacas, con trompa incluida, para aspirar los excrementos. Ninguno de estos artilugios municipales ha conseguido hasta ahora devorar las cagarrutas de los perros. Ahora llega la pinza comecacas.La última moda canina 95-96, que el Ayuntamiento quiere imponer a los propietarios de los perros, consiste en unas vistosas pinzas de plástico, de color verde luminoso. Los concejales de Limpieza y Medio Ambiente, Luis Molina y Adriano García Loygorri, presentaron ayer en el salón de actos de la Junta Municipal de Fuencarral esta nueva colección.
La tirada, un tanto reducida para los 100.000 perros censados en la ciudad, es de 15.000 modelos. Todos ellos se repartirán gratuitamente entre los asistentes a los cursos de adiestramiento de perros que por tercer año constcutivo se impartirá en siete distritos: Tetuán, Usera, Retiro, Hortaleza, Villaverde y Barajas.
Bajo la atenta mirada de Angelito, un terco bulldog inglés de 14 meses, Luis Molina explicó ayer el funcionamiento del nuevo artilugio: "Lleva una doble valva, se abre y se mete una bolsa de plástico en el interior, que recoge el excremento del perro. Así de sencillo,
El objetivo, una vez más, es luchar contra la suci edad producida por los canes. Entre los asistentes a la demostración, además de un puñado de vecinos del barrio del Pilar, se encontraban una veintena de alumnos de séptimo curso de EGB del colegio Príncipe Felipe, que acribillaron a preguntas caninas a los responsables municipales. El primero en romper la vergüenza fue Joaquín Suárez, de 12 años, interesado en saber si era difícil adiestrar un perro. Respondió el director de los cursos, Ignacio Sierra: "Es complicado. Primero que formar a los ciudanos y luego educar al perro durante los nueve, primeros meses de convivencia. Después es cuando comienza el adiestramiento".
Una niña, Cristina Barrio, preguntó sobre las multas del Ayuntamiento a aquellos que no recojan las boñigas de sus chuchos. El concejal de Limpieza aclaró que las sanciones pueden alcanzar las 15.000 pesetas. "Debería haber vigilancia. De todas formas, a los usuarios hay que darles todos los medios para que conozcan sus obligaciones. Ahora no hay excusa, la pinza es muy sencilla y cómoda de utilizar", aseguró Molina. Un chaval, un tanto incrédulo, preguntó: "¿Entonces, por qué la gente no se mentaliza de que tiene que cuidar el entorno?".