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España no logra una postura común de la UE sobre pruebas nucleares

Italia teme que su oposición a las pruebas nucleares practicadas por Francia en el atolón de Mururoa, en el Pacífico sur, enturbie su presidencia de la Unión Europea (UE), que empezará el 1 de enero. Para evitarlo pidió a España que desarrolle sus buenos oficios entre los Quince, pero las gestiones de la diplomacia española no han tenido éxito, según indican fuentes diplomáticas.Junto con otros nueve países de la UE (Suecia, Finlandia, Dinamarca, Luxemburgo, Holanda, Bélgica, Portugal, Irlanda y Austria), Italia votó en noviembre en la ONU contra los ensayos nucleares. El Reino Unido se alineó con Francia y España, Alemania y Grecia se abstuvieron.

El presidente francés, Jacques Chirac, tomó entonces represalias contra Bélgica, y sobre todo contra Italia, y canceló la cumbre bilateral anual que tenía previsto celebrar con el Gobierno de Lamberto Dini.

La Asamblea General de Naciones Unidas volverá hoy a pronunciarse sobre la misma cuestión, y, aunque el ministro francés de Defensa, Charles Millon, ha anunciado que las pruebas concluirán tres meses antes de lo previsto, todos los Estados de la U E van, presumiblemente, a mantener su anterior voto.

Para tratar de evitar que durante el semestre en que encabezará la UE sus relaciones con Francia resulten de nuevo enturbiadas por este segundo voto, el Gobierno de Dini ha buscado un pretexto para modificar su actitud en la ONU. Su ministra de Asuntos Exteriores, Susana Agnelli, pidió en Bruselas a su colega español, Javier Solana, que le ayudase a encontrar una postura común de los Quince para justificar ante su opinión pública un cambio de postura.

Nueva York y Bruselas

En Nueva York, a través, de su embajador ante la ONU, Juan Antonio Yáñez, y en Bruselas, a través del actual presidente español del Comité Político, Jorge Dezcallar, la diplomacia española ha intentado que los Quince se abstengan de condenar, aunque tampoco aprueben, los ensayos.

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La tarea parecía, en principio, tanto más fácil cuanto que las concesiones hechas por Francia podían propiciar una cierta indulgencia por parte de los miembros de la Unión más beligerantes, empezando por los nórdicos.

Cuando faltaban ayer menos de 24 horas para que se celebre la nueva votación, fuentes diplomáticas españolas que habían estado asociadas a las gestiones daban por perdida la batalla para encontrar una posición común y preveían que todos los Estados miembros mantendrían su voto anterior.

La presidencia española no teme, sin embargo, que la división de la UE en la ONU provoque reacciones airadas de Chirac en la cumbre de Madrid, los próximos viernes y sábado. El presidente francés está muy agradecido a España y no creará tensiones en el Consejo Europeo que presidirá Felipe González.

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