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Holbrooke trata de Calmar en Sarajevo el temor de los serbios

Ramón Lobo

A seis días de la solemne firma en París del acuerdo de paz alcanzado en Dayton (EE UU), su principal muñidor, el diplomático estadounidense Richard Holbrooke, efectuó ayer una corta visita a Sarajevo, la primera de las tres etapas en un viaje que pretende asentar tanto en Sarajevo como en Zagreb y Belgrado los principios de la paz. "Vengo primero a Sarajevo porque aquí empezó la guerra y aquí debe empezar la paz", aseguró. Gran parte de la hora de conversación entre el subsecretario de Estado norteamericano y el presidente bosnio, Alia Izetbegovic, estuvo destinada a lograr que el Gobierno de Sarajevo multiplique sus gestos y sus declaraciones con el fin de calmar a los serbios de Gbravica, Ilidza y los otros barrios del extrarradio ocupados por serbios radicales. Todos deberán ser administrados a partir del día 14 por la federación croatomusulmana.El presidente bosnio dijo al finalizar que "la parte serbia de la población no está del todo informada del contenido de los acuerdos de Dayton. Al contrario, están intoxicados por la propaganda".

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Holbrooke fue muy claro: "Izetbegovic es el presidente de toda Bosnia-Herzegovina, incluida la parte serbia. Eso es lo que significa Dayton". Y añadió: "Izetbegovic ha asegurado que continuará la búsqueda de la reconciliación con los serbios del país del que él es presidente".

Criminales

Holbrooke tiene previstas entrevistas con el presidente croata, Franjo Tudjman, y el serbio, Slobodan Milosevic. Ninguna con los serbios de Bosnia, que no tienen entidad propia dentro de los acuerdos de Dayton, ya que su plenipotenciario es Milosevic.

La actitud desafiante del general serbobosnio Ratko MIadic y la ambigua y cambiante de Radovan Karadzic serán tema prioritario de conversación en Belgrado. "El acuerdo de Dayton es muy claro: los acusados por el Tribunal Internacional de La Haya sobre Crímenes de Guerra no pueden presentarse a las elecciones", dijo Holbrooke.

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Otro de los temas tratados con el presidente bosnio fue la presencia de tropas musulmanas extranjeras (muyahidin), que la ONU estima en unos 4.000, divididos en pequeñas unidades a lo largo de todo el territorio. Su sede central es Zenica, en Bosnia central. También los hay en Konjic y en Sarajevo. El 65% proceden de Irán, Argelia y Sudán. Muchos de ellos son veteranos de la guera de Afganistán. Fuentes militares occidentales estiman que han desempeñado un papel importante, aunque no decisivo, en esta guerra.

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