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Misiones de paz y ayuda humanitaria

Las FF AA españolas forman parte en la actualidad de los contingentes internacionales en Guatemala, Irak y Chechenia, así como en la antigua Yugoslavia. Próximamente se fijará su contribución al nuevo concepto de fuerzas en espera" diseñado por Naciones Unidas.Tras décadas de guerra fría, el mundo de hoy presenta un escenario mas propicio para la paz, el diálogo y la cooperación, pero lejos todavía de las expectativas optimistas que acompañaron la caída del muro de Berlín. Es un hecho fácilmente constatable que existe una mayor armonía en las relaciones internacionales y en la cooperación entre los pueblos y que el compromiso por la paz ha prendido en muchos paises.

Al mismo tiempo, y aunque pueda resultar paradójico, asistimos a una multiplicación de crisis y conflictos derivados de nacionalismos extremos, de rivalidades étnicas 0 religiosas, de disputas fronterizas o de la propia pugna por el acceso a los recursos naturales, - y económicos.

Hoy podemos decir que la sociedad intemacional ha adquirido un mayor compromiso en materia de seguridad y, muy especialmente, en el campo de las operaciones de paz y de ayuda humanitaria, aliviando así la situación de las víctimas que inevitablemente se producen en el transcurso de los, conflictos. Esta actitud está inspirada en- un sentimiento de solidaridad que se encuentra muy lejos de los intereses egoístas que frecuentemente han movido la actuación exterior de lo durante los últimos siglos. Estamos, pues, ante un hecho de singular relevancia y frente - a una conquista fundamental de los pueblos que, más conocedores hoy de la realidad internacional, no quieren permanecer impasibles ante los conflictos de su tiempo. Es en este escenario tan complejo donde hay que situar la cooperación internacional que prestan nuestras Fuerzas Armadas, convertidas en pieza importante en la búsqueda de la paz y la solidaridad entre las naciones, a través de las operaciones de paz y de ayuda humanitaria. En ese campo, España ha asumido unos compromisos acogidos en la Directiva de Defensa Nacional de 1992, cuyos principios rigen en la actualidad la política. de defensa y que establece como uno de sus objetivos colaborar en el fortalecimiento de las relaciones pacíficas y la cooperación entre las naciones, de modo especial en nuestro entorno geográfico.

La directiva se inspira en el convencimiento de que la seguridad internacional es, en efecto, tarea de todos y por ello prevé nuestra participación solidaria en las iniciativas de paz, desarme y contról. de armamentos de Naciones Unidas y en sus misiones de pacificación y ayuda humanitaria, tareas a las que, contribuimos en la medida de nuestras capacidades y responsabilidades.

Desde que el 23 de diciembre de 1988 iniciamos nuestra participación en operaciones de paz de Naciones Unidas, con la presencia de cascos azules españoles en -el propeso de verificación de la re tirada de tropas cubanas de Angola, más de 15.000 militares es pañoles de los tres ejércitos han participado en misiones de paz en tres continentes. España ha estado presente. en Nicaragua, Honduras, Costa Rica,Irak, Angola, El Salvador, Haití, Mozambique, Namibia y Ruanda.

En la actualidad, miembros de las Fuerzas Armadas españolas desempeñan misiones de paz formando parte de los contingentes internacionales en Guatemala, Irak y Chechenia, así como en la antigua Yugoslavia, misión esta última de enorme importancia para nuestro país tanto por el volumen de fuerzas allí desplegadas como por las circunstancias de fuertes enfrentamientos entre los contendientes bajo las que, en ocasiones, se ha desarrollado la operación.

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Sólo en la antigua Yugoslavia nuestros. vehículos han recorrido más de siete millones de kilómetros, han escoltado más de 3.000 convoyes que han servido para transportar medio millón de toneladas de ayuda humanitaria a una población que se dispone a soportar su cuarto invierno de conflicto. Las unidades de la Armada han interrogado a más de 5.000 buques en su misión de control y vigilancia del embargo en el Adriático y nuestros aviones han sobrepasado las 12.000 horas de vuelo en operaciones de vigilancia y control del espacio aéreo de Bosnia-Herzegovina. En definitiva, el balance . de estas actuaciones nos hace sentir satisfechos de lo realizado, como así lo han reconocido tanto las organizaciones internacionales a las que nuestras Fuerzas . Armadas han prestado sus servicios como la propia opinión pública española.

Hemos sufrido también dolorosas experiencias y pagado un alto precio, pues españoles de uniforme han perdido la vida o han resultado heridos en el cumplimiento de su misión Y han sido testigos excepcionales del sufrimiento de una población, cuestiones que dificilmente podrán olvidarse.

La contribución de España a las misiones internacionales de paz y de ayuda humanitaria ha convertido a nuestros cascos azules en un elemento importante de nuestra política exterior y ha puesto de manifiesto la capacidad de nuestras Fuerzas Armadas para actuar lejos de nuestras fronteras y, además, de hacerlo coordinadamente con nuestros amigos y aliados. Ha servido también para poner de relieve la importancia de la colaboración de los ejércitos con las organizaciones civiles de ayuda humanitaria, especialmente con las organizaciones no gubernamentales, colaboración que creo nos ha enriquecido a unos y otros.

Considero necesario profundizar en estas relaciones y avanzar en la realización de esfuerzos conjuntos entre los distintos países y organizaciones internacionales como mejor camino para progresar hacia ese mundo más justo y solidario que todos deseamos. Por ello, en un futuro cercano fijaremos nuestra contribución al nuevo concepto de "fuerzas en espera" diseñado por Naciones Unidas. Es evidente que la ONU necesita disponer de fuerzas capaces de desplegarse con escaso margen de preaviso para que puedan así acudir con prontitud a mantener la paz o a' prestar ayuda humanitaria allí donde sea necesario. Aliviar el sufrimiento de la población de un país es siempre tarea prioritaria.

Nuestra contribución será considerada caso por caso, en función de los imperativos de nuestra seguridad nacional y de nuestras posibilidades reales. La participación española en esta clase de operaciones estará basada en la disponibilidad de unidades de los ejércitos, sin que suponga una especialización de nuestras-, fuerzas en operaciones de paz, ni tampoco su asignación con carácter permanente.

Pero, si en el ámbito de Naciones Unidas hemos realizado esfuerzos para participar en mision de paz y ayuda humanitaria, es en el marco europeo donde debemos realizar, el esfuerzo principal. España participa en las iniciativas tendentes a proporcionar a la Unión Europea Occidental (UEO) una capacidad operativa que sea instrumento eficaz para este tipo de misiones. Desde la reunión de Petersberg en 1992, la UEO trabaja en el desarrollo de planes y doctrina para estar en condiciones de acometer operaciones de carácter humanitario en caso de necesidad.

Así, ya en noviembre del pasado año, el Consejo Permanente 'de la Unión Europea Occidental aprobó un documento en el que se ponía de manifiesto la conveniencia de crear un dispositivo y proporcionar los medios necesarios para una fuerza multinacional de intervención humanitaria.

El documento en el que se recogen las características y los criterios de actuación de la Fuerza de Intervención Humanitaria de la UEO ha obtenido el respaldo oficial de los jefes de Estado Mayor de la Defensa de los países miembros, durante la reunión celebrada hace pocos días en El Escorial, y estoy convencido de que podrá aprobarse en la reunión ministerial del próximo martes. El documento, que espero sea aprobado, especifica los pasos necesarios para alistar una fuerza humanitaria y la misión que se le podría asignar en cada caso.

El documento tiene en cuenta que este tipo de crisis requerirá normalmente una respuesta rápida y por ello se incluye la previsión de que la Célula de- Planeamiento de la UEO disponga de listas de fuerzas y posibilidades, dentro de un marco general de nivel brigada al que se incorporarían las contribuciones nacionales. Además, contempla todos los pormenores de una operación, desde que se produce la crisis y" la decisión de participar hasta la designación de la fuerza, sus misiones y la posible retirada de la misma por el cumplimiento de la misión. Como parte del documento, figura un modelo para la coordinación cívico-militar en una operación de ayuda humanitaria, con expresión de los órganos que intervienen y de sus cometidos.

A la vista de estas actuaciones y nuevos proyectos, creo que se puede afirmar que las Fuerzas Armadas tienen hoy una importante función que desarrollar en las misiones de paz y de ayuda humanitaria, aunque ello no debe hacemos olvidar las tradicionales misiones para las que fueron concebidas. La paz se garantiza a través. del ejercicio de la disuasión, de la defensa y del recurso a la fuerza dentro de los límites del derecho internacional. Ello supone un mayor abanico de misiones para nuestras Fuerzas Armadas, que necesitarán disponer de los medios necesarios para afrontarlas con garantías de éxito.

La alta profesionalidad demostrada por nuestras Fuerzas Armadas facilita el cumplimiento de estas nuevas misiones y pone una vez más de manifiesto su identificación con los valores de paz y progreso que sustenta el pueblo español.

Estoy convencido de que todos los esfuerzos que realicemos para sustentar estas misiones repercutirán en beneficio directo e inmediato de la paz y seguridad internacionales y aliviarán el suministro de poblaciones que hoy desgraciadamente sufren a causa de crisis o conflictos.

Gustavo Suárez Pertierra es ministro de Defensa.

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