"La nueva presidenta de la FEMP debe tener las manos libres"
El socialista Francisco Vázquez, de 49 años, alcalde de La Coruña desde 1983, cede hoy, tras cuatro años de ejercicio, la presidencia de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, del PP. Vázquez ha sido víctima del fracaso municipal del PSOE en las elecciones de mayo, con la Paradoja de que él consiguió entonces, una vez más, la mayoría absoluta en su ciudad. Vázquez opina que el fuerte retroceso de su partido en las ciudades muestra "un mar de fondo" que necesita un profundo análisis. Ha guardado silencio desde mayo, tras cuatro años de fuerte tensión frente al Gobierno y las autonomías en defensa de los ayuntamientos. "No quería que se entendieira que los socialistas íbamos a ejercer una presión que condidionara el acceso a la nueva Ejecutiva de la FEMP, cuya presidencia iba a ser del PP a la vista de los resultados municipales. La nueva presidenta de la FEMP debe tener las manos libres".El traspaso de poderes, que culmina hoy con la elección de la nueva Ejecutiva, se está realizando de manera civilizada. Vázquez no regatea piropos ni para su sucesora, Rita Barberá, ni para la concejal madrileña del mismo partido Mercedes de la Merced: "Son unas municipalistas convencidas". "Las elecciones municipales han marcado un hito en la democracia, al ganarlas por primera vez desde 1979 un partido de centro-derecha", afirma.
Financiación municipal
El gran logro de los cuatro años de gestión de Vázquez ha sido que los Presupuestos del Estado incorporen la financiación municipal. "Hemos conseguido el reconocimiento de Hacienda, que consideraba a los ayuntamientos instituciones de segundo orden. Hemos fijado los límites de nuestra participación en los Presupuestos, de un mínimo del producto interior bruto (PIB) y un máximo del coste de la vida. También hemos garantizado la presencia municipal en los fondos europeos FEDER, lo que supone el reconocimiento municipal en Europa".A juicio del presidente saliente de la FEMP, el principal problema pendiente es el Pacto Local. "El Gobierno ha estado condicionado por una doble presión orgánica, la de los dirigentes del partido que eran presidentes autonómicos y la del pacto con CiU. Ha tenido miedo a la reacción de las autonomías y de Jordi Pujol, que nunca ha estado por el Pacto Local". No cree que la nueva dirección de la FEMP cambie su orientación. "Sus problemas son la falta de medios y la indefinición de competencias y sus adversarios seguirán siendo los presidentes autonómicos".
