La remontada se confirma

El Getafe consiguió ayer su primera victoria en Las Margaritas y abre puertas a la esperanza para sus sufridos hinchas. La idea de un equipo virtualmente fuera de la categoría, de un coladero para delanteras de mayor lustre, de un colectivo cabizbajo arrastrando las botas por los campos de Segunda, empieza a esfumarse.Cuatro jornadas sin perder, con dos victorias, una fuera y la de ayer, avalan el cambio. No es para tirar cohetes, pero insufla moral en la plantilla. La víctima de ayer fue el Villarreal y su pintoresco entrenador, David Vidal. El nuevo técnico desplegó todo un repertorio de ges...

El Getafe consiguió ayer su primera victoria en Las Margaritas y abre puertas a la esperanza para sus sufridos hinchas. La idea de un equipo virtualmente fuera de la categoría, de un coladero para delanteras de mayor lustre, de un colectivo cabizbajo arrastrando las botas por los campos de Segunda, empieza a esfumarse.Cuatro jornadas sin perder, con dos victorias, una fuera y la de ayer, avalan el cambio. No es para tirar cohetes, pero insufla moral en la plantilla. La víctima de ayer fue el Villarreal y su pintoresco entrenador, David Vidal. El nuevo técnico desplegó todo un repertorio de gestos desde la banda, blasfemó, se mordió las uñas y se comió el primer rosco ante un rezagado de la categoría.

El delantero serbio del Getafe, Stojilkovic, volvió a ser pieza clave. Se mostró muy activo en la primera parte, luchó y presionó a la defensa del Villarreal. La recompensa a su trabajo llegó en el tramo final del primer periodo, cuando hizo picar a Javi, que le zancadilleó en el área. Golito y chilena a lo Hugo Sánchez para celebrarlo.

La primera mitad fue de color azul. El Villarreal se atrincheró y el Getafe bombardeó. Julián fue el más peligroso y Rafita puso el orden. Glogovac, el otro serbio, hizo intentos por integrarse y evidenció ser un buen futbolista que necesita minutos. Maneja las dos piernas y sabe templar, pero aún anda despistado. La aceleración de su etapa de adaptación quizá dependa de un cambio de demarcación: le colocan por la derecha, pero le gusta el centro.

En la segunda parte, el Villarreal, como equipo, hizo su aparición, en el campo. Se conoce que Roberto, el ex valencianista, jugó todo el partido. Eso dicen. No fue el único que escondió la cabeza ante las adversidades. La falta de ambición del Geta otorgó la batuta a un Villarreal lento y escaso de ideas. Un disparo de Alexandre a las nubes y un cabezazo franco de Javi fueron sus credenciales. Y Getafe se montó una fiesta en sus gradas escasamente pobladas.