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Homenaje a Aragón

Resulta conmovedor pensar que un distinguido cineasta británico deseara producir ahora una obra sobre el POUM, el pequeño partido marxista revolucionario al que se unió George Orwell durante la guerra civil española. Aunque resulte condescendiente decirlo así, da igual, el mundo ha avanzado, el número de personas que recuerda el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) es reducido, han ocurrido otras y peores tragedias, y las injusticias practicadas por el comunismo durante la época de Stalin han sido bien relatadas, especialmente por comunistas.Aun así, Tierra y libertad, de Ken Loach, es, a su manera, un verdadero éxito, aunque la habilidad y la atención al detalle localista que ha prodigado en ella no llegan a elevarla al nivel de una obra maestra universal en la que, digamos, la persecución del POUM por parte de los comunistas quede en la memoria como símbolo de todas las injusticias del mundo entero y, mucho menos, de toda la historia.

La película comienza con la muerte en 1994 de un inglés de la clase trabajadora que luchó en tiempos como voluntario en la guerra civil, por supuesto con la izquierda. Su nieta encuentra fotografías, viejos recortes de periódico y cartas desde el frente. Nos muestran cómo al joven David (interpretado por lan Hart con la mezcla justa de ingenuidad y decisión), entonces comunista, lo convence un propagandista de que su deber es ir y luchar en España. En el verano de 1936 se incorpora a una unidad miliciana organizada por el POUM.

Los puristas pueden decir que es extraño que un comunista inglés se asociara con un grupo tan independiente; pero en esa etapa, la época descrita por Malraux como la de la "ilusión lírica", el comunista ultradisciplinado de Cambridge John Cornford hizo lo mismo, y en la misma zona que David.

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Como fondo de la iniciación de David a la guerra vemos paisajes de Aragón, tan hermosos que cortan la respiración, así como escenas de una primitiva instrucción militar, con David junto a otros voluntarios internacionales, entre ellos un estadounidense. No obstante, la mayoría de los elocuentes combatientes son españoles, y los actores excepcionalmente guapos que los interpretan en la película hablan en su propio idioma. La combinación, de idiomas (al menos en la versión inglesa, que es la que yo vi) es, en conjunto, afortunada.

La primera acción es un ataque a un pueblo en poder de los nacionales. La lucha está excepcionalmente bien representada y, aunque las escenas son realistas, no se regodean gratuitamente en la sangre derramada, que es lo que hace que gran parte del cine. moderno resulte vergonzoso. El sacerdote del pueblo es ejecutado, como lo fueron de hecho el 80% de los sacerdotes en la provincia aragonesa de Barbastro. Los escasos ornamentos de las iglesias son quemados. Entonces hay una discusión excepcionalmente bien presentada sobre si colectivizar o no o distribuir la tierra del principal terrateniente. Una vez acaba esta parte demasiado breve, uno se da cuenta de que acaba de ver uno de los pocos intentos de la historia cinematográfica de mostrar una discusión política auténtica sobre una cuestión de principios.

El pueblo vota por la colectivización, y sus oponentes, incluido el voluntario estadounidense, abandonan la columna.

Ésta es sólo la primera indicación de que puede haber división de opiniones en el paraíso de los trabajadores, incluso entre los propios trabajadores. La próxima se deriva del deseo del Gobierno republicano, apoyado por los comunistas, de convertir las milicias en un ejército regular. A partir de ahí hay saludos y obediencia a las órdenes, no votos sobre si una ofensiva es o no aconsejable. David, de permiso en Barcelona debido a una herida, apoya inicialmente la postura del Gobierno, dado que es un anglosajón lógico a la vez que miembro del partido. Pero la decisión conduce a una pelea con Bianca, una chica encantadora de negros cabellos, interpretada admirablemente por Rosana Pastor, con la que ha establecido una relación tras la muerte en acción de su primer amante, Coogan, antiguo miembro del IRA pero también voluntario. Pero cuándo en mayo de 1937 David se descubre disparando desde un balcón en manos comunistas contra una barricada formada por ex camaradas del POUM rompe su carné del partido comunista y vuelve al frente a reunirse con sus camaradas el POUM, la hermosa Bianca incluida.La película termina con otra acción militar bien descrita en la que la columna se porta heroicamente sólo para descubrir que va a ser disuelta formalmente, porque un destacamento del ejército regular con oficiales comunistas (dirigidos por el mismo estadounidense que había pertenecido al POUM, pero que se opuso a la colectivización) insiste en la disolución del grupo de David. Cuando este último se resiste, empiezan los disparos. Bianca muere. La parte española de la película termina con un funeral en el delicioso pero mísero pueblo de Bianca (aquí hay, con toda seguridad, un tributo implícito al notable final que hizo Malraux, al estilo de Eisenstein, en su película L'espoir). La desilusión es absoluta. David vuelve a casa y muere en la próspera pero aburrida Inglaterra de 1990, cuyas horribles casas y hospitales contrastan violentamente (aunque quizás esto no sea intencionado) con la magnífica belleza del mísero Aragón. La película tiene muchas virtudes. La maravillosa fotografía de paisajes asombrosos y la interpretación de personas hermosas, así como algunas espléndidas aunque bien conocidas, explican por qué les resulultaba fácil a los ingleses enamorarse de España en la guerra civil (a otros ingleses les pasa lo mismo ahora con mucha facilidad, aun en tiempos de paz). Luego, aunque Loach no hace ningún esfuerzo por introducirse en la sacerdote asesinado, ni por supuesto en la de un oficial nacional que es hecho prisionero, los describe a ambos actuando noblemente de acuerdo con sus luces.

El problema es que la película no consigue situar la historia en el contexto adecuado. No nos cuentan que el POUM fue un curioso partido dirigido por hombres inteligentes y de mentes independientes, como Andrés Nin o Julián

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Homenaje a Aragón

Viene de la página anteriorGorkin, que antes fue fueron dirigentes del pequeño partido comunista español pero que lo habían abandonado desilusionados. Eran revolucionarios marxistas, en contraste con los comunistas corrientes, cuya influencia creció durante la guerra, no tanto debido a las actividades del POUM, sino como reacción a las brutalidades y la postura intransigente de una organización obrera mucho mayor, los anacorsindicalistas de la CNT.

Lo que es más importante, la película no muestra que no eran solamente los comunistas los partidarios de acabar con las milicias independientes e interrumpir la colectivización, así como de apoyar tanto a los pequeños granjeros (porque producirían más comida) como la creación de un ejército convencional disciplinado.

Los liberales españoles, a los que me asocié instintivamente cuando escribí mi propia historia de la guerra civil, apoyaban ambos conceptos, al igual que hacían los principales socialistas moderados, como el fascinante e inmerecidamente olvidado primer ministro, Negrín, y el entonces fuertemente anticomunista ministro de Defensa, Indalecio Prieto. Los Gobiernos republicanos catalán y español tenían las mismas prioridades racionales.

Porque había un defecto esencial en la postura del POUM, y en la de los anarquistas; era, y es, que la revolución total que defendían estaba destinada a ser un fracaso económico y hubiera tenido que ser intolerante sin duda alguna para poder funcionar.

No hay que olvidar el atractivo que tenían los comunistas en aquellos días. Tenían acceso a las armas rusas que la República necesitaba. Estaban dotados para la propaganda y demostraban una notable capacidad para la organización, así como para luchar de forma disciplinada. La hábil manipulación de la reputación de sus dirigentes, como Pasionaria, Líster, El Campesino, etcétera, articulaban en términos españoles una "heroica caravanserai" (una frase de Malraux que fue parte importante del esfuerzo, bélico). Así que el aumento de la popularidad de los comunistas, a pesar de su cinismo y sus brutalidades, era comprensible.

Por cierto, cuando el Capitán Vidal, líder de la columna del POUM a punto de ser disuelta, hace una lista de los pueblos que él y sus camaradas revolucionarios afirman haber "liberado", la película no aclara si sus realizadores se dan cuenta de que estos. avances, si es que ocurrieron, tuvieron lugar un año antes, cuando prácticamente no había oposición allí, (estos lugares incluían Tierz, sobre el que John Cornford escribió un famoso poema en 1936). A mediados de 1937, el frente de Zaragoza estaba inactivo; y, como Orwell apuntó, las luces de Zaragoza, resplandeciendo sobre las colinas como las de un transatlántico lejano en el mar, eran tan inabordables como lo habían sido desde los primeros días de la guerra.

Loach estuvo comprensiblemente influido por OrweIl, cuyo Homenaje a Cataluña es uno de los reportajes más famosos de la historia, pero que debería haberse titulado Homenaje al POUM o, quizás, Homenaje a Aragón, que es donde más tiempo resistieron las milicias del POUM y donde, en el verano de 1937, un "Consejo " controlado por los anarquistas seguía intentando abolir el Gobierno y vivir en común. Dada la magnífica fotografía de la región, en Tierra y libertad, ése debería ser el subtítulo de esta película ambiciosa, valiente y a menudo, también conmovedora.

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