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Japón baja sus tipos hasta un mínimo histórico del 0,5% para ayudar su maltrecha económica

En un intento desesperado por sacar a la economía japonesa de la crisis, el Banco de Japón redujo ayer en medio punto el tipo de descuento hasta dejarlo en el 0,5%, la cifra más baja de toda la historia. El banco emisor pretende, asimismo, dar un balón de oxígeno al sistema financiero tras la reciente cadena de bancarrotas de varias entidades. La rebaja, la novena desde 1991, va destinada también a restar fortaleza al yen, cuya apreciación frente al dólar en los últimos meses ha deprimido la industria exportadora. El Banco de Japón intervino simultáneamente comprando dólares, cuya cotización llegó a 100 yenes. Expertos y economistas aconsejan acompañar la medida con un estímulo fiscal.

Fuentes bancarias japonesas valoraron positivamente el recorte en medio punto del precio oficial del dinero pues pone a disposición del público y de las empresas créditos más baratos, lo que debería propiciar un aumento del consumo, todavía muy estancado, y que algunos consideran uno de los pilares básicos para salir de la recesión.El ministro de Finanzas, Masayoshi Takemura, afirmó que el nuevo recorte "refleja la voluntad del Gobierno de apoyar la recuperación económica a cualquier costo". Algunos expertos secundaron la opinión del ministro Takemura, pero precisaron que la decisión abarca objetivos mucho más complejos, de modo especial el interés gubernamental de estabilizar el sistema financiero nipón, sacudido durante los últimos meses por bancarrotas multimillonarias, especialmente las de la semana pasada del Hyogo Bank y la Cooperativa de Crédito Kizu, el banco regional y la cooperativa crediticia más grande del archipiélago, respectivamente.

Algunos comentaristas señalaron que el recorte es un anuncio diáfano dirigido también a los círculos financieros internacionales. El anuncio de esta reducción histórica es el mensaje balsámico que lanzan las autoridades monetarias a los mercados de capitales, previo a la reunión de los principales bancos centrales de los países industriales en Ginebra la próxima semana. Una proclamación sutil de que Tokio hará todos los sacrificios financieros necesarios para impedir que los aprietos del sistema bancario nipón, con créditos impagados monumentales, desencadenen una crisis financiera a nivel internacional.

Créditos morosos

Las entidades financieras niponas tienen todavía unos 500 billones de yenes de créditos morosos, heredados del colapso de los precios inmobiliarios desde el boom de 1990.Aunque el ministro de Finanzas calificó la decisión del Banco de Japón como la más importante de los últimos años, algunos críticos tildan la medida de provisional y se preguntan si el Banco de Japón puede hacer otro malabarismo y rebajar aún más el tipo de descuento. Según algunas previsiones iniciales, este último recorte y noveno desde julio de 1991, significará un aún mísero 0,03% de crecimiento de la economía en este año fiscal (que finaliza en mayo de 1996) y tan sólo un 0,12% en el siguiente ejercicio.

La decisión de rebajar el porcentaje, que alcanzó una máximo del 6% en agosto de 1990, parecía inevitable tras el reciente informe de las autoridades que mostraba un descenso sorprendente de la producción industrial y de las exportaciones.

La medida será apoyada por un nuevo programa de reactivación económica que el primer ministro, el socialista Tomiichi Murayama, anunciará el 20 de septiembre, enmarcado en un paquete económico de gran envergadura. Fuentes del Asahi Bank recomiendan al Gobierno que prepare un estímulo fiscal de al menos 10 billones de yenes (unos 13 billones de pesetas) para estimular definitivamente el consumo.

Los principales perjudicados con el nuevo tipo de interés tan minúsculo serán los ancianos cuya mayor fuente de ingresos procede de los intereses de los fondos de pensiones y otras inversiones de poco riesgo basadas en los intereses de los bancos comerciales.

Aunque la reacción del mercado de valores fue instantánea, con un alza de 658 puntos de la Bolsa de Tokio, para cerrar a 18.297 yenes, algunos círculos financieros señalaron que un tipo de descuento tan bajo no es la panacea a todas las dificultades por las que atraviesa la económica nipona y aprovecharon la ocasión para demandar una mayor desregularización del sistema comercial nipón y una reforma profunda de las instituciones financieras. La reacción del mercado de divisas resultó más modosa. El yen cerró a 99,83 por un dólar tras superar los 100 yenes.

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