"Míster Berlanga" sí paró en Coslada

¡Welcome! y olé. Míster Marsháll no pasó de largo y paró Coslada ayer en Coslada. El director de cine Luis García Berlanga, de 74 años, se acercó a esa localidad (85.000 habitantes) para bautizar con su nombre un instituto de secundaria. El cineasta llegaba dispuesto a los discursos de rigor, pero los 300 alumnos le dieron una bienvenida sorprendente que le obligó a reprimir alguna lagrimilla: flamencas y flamencos del brazo, flores, bombos y platillos... yuna copla, todo idéntico a la secuencia su famosa película Bienvenido, Mister Marshall.Luis García Berlanga no se lo creía cu...

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¡Welcome! y olé. Míster Marsháll no pasó de largo y paró Coslada ayer en Coslada. El director de cine Luis García Berlanga, de 74 años, se acercó a esa localidad (85.000 habitantes) para bautizar con su nombre un instituto de secundaria. El cineasta llegaba dispuesto a los discursos de rigor, pero los 300 alumnos le dieron una bienvenida sorprendente que le obligó a reprimir alguna lagrimilla: flamencas y flamencos del brazo, flores, bombos y platillos... yuna copla, todo idéntico a la secuencia su famosa película Bienvenido, Mister Marshall.Luis García Berlanga no se lo creía cuando, nada más llegar al patio del instituto, escuchó esta letra con la música de su banda sonora: "Esta pachanga / te dedicamos García Berlanga / viva el tronío de este instituto con poderío Olé Virginia y Michigán / viva Coslada que no está mal". Cerraba el desfile un chaval disfrazado de cordobés haciendo de cojo. "¡Ni el cojo se les ha olvidado!", exclamó un Berlanga ya entregado.

El cojo, Jesús Martínez, de 15 años, cumplió con salero su papel, pero él no quiere ser actor, sino mecánico. Los nervios no deslucieron el recibimiento, tal vez porque los alumnos llevaban semanas memorizando la escena a golpe de mando a distancia.

Llegado el turno de los agradecimientos, el cineasta confesó que hasta el último momento había pensado que se trataba de una broma del programa Inocente Inocente. Ya más tranquilo al ver que el acto iba muy en serio, García Berlanga exhortó a los muchachos a seguir tres máximas: "Sed libres; sed vosotros mismos; y, sobre todo, que el humor, y la tolerancia dentro del humor, os dominen".

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