Crítica:

Mozart por los salzburgueses

Los austriacos, sean o no salzburgueses, tienen palabras propias, estilo singular y espíritu vivo y reverberante a la hora de transmitir la música de su egregio paisano, Wolfgang Amadeus. Sus versiones, si como en el caso de la orquesta del Mozarteum se trata de individualidades y conjuntos de calidad, llegan a todos con las potencias de la gracia, la luz y el movimiento. Pasados más de dos siglos, sus pentagramas nos dan una de las expresiones por las que la música justifica su excelencia como creación alta, humanísima y culta.Dirigidos por Max Pommer, nacido en Leipzig en 1936 pero ...

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Los austriacos, sean o no salzburgueses, tienen palabras propias, estilo singular y espíritu vivo y reverberante a la hora de transmitir la música de su egregio paisano, Wolfgang Amadeus. Sus versiones, si como en el caso de la orquesta del Mozarteum se trata de individualidades y conjuntos de calidad, llegan a todos con las potencias de la gracia, la luz y el movimiento. Pasados más de dos siglos, sus pentagramas nos dan una de las expresiones por las que la música justifica su excelencia como creación alta, humanísima y culta.Dirigidos por Max Pommer, nacido en Leipzig en 1936 pero convertido al salzburguismo de la mejor ley, los músicos que nos visitan ahora anunciaron ya desde la espirituosa versión de Las bodas de Fígaro, su rigor flexible y expresivo, su canto elevado y transparente, del que darían magnífico testimonio en la Sinfonía número 39 en mi bemol, uno de los decisivos preludios del sinfonismo romántico.

Festival Mozart (Scherzo/Caja de Madrid)

Mozarteum de Salzburgo. Director: M. Pommer. Solista: H. Ebner. Obras de Mozart. Auditorio Nacional. Madrid, 10 de junio.

Entre una y otra obra, el concertista de trompa Hermann Ebner, ofreció dos lecciones: la del Concierto en mi bemol, K447, escrito hacia 1783 y dedicado a Joseph Leurgeb, miembro de la orquesta salzburguesa y cofrade de Mozart en la masonería. Después, el Concierto para trompa alpina en sol mayor de Leopoldo Mozart, el padre de Amadeus, despertó el interés de todos.

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