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El militar español y un centenar de 'cascos azules', entregados en la frontera a las autonciades de Serbia

Los serbios de Bosnia pusieron en libertad anoche al comandante español Manuel Cortés Méndez junto con más de un centenar de cascos azules. El grupo, transportado en dos autobuses, cruzó la frontera entre Bosnia y Serbia pasada la una de la madrugada (hora peninsular española) y fue entregado a las autoridades de Serbia. "Nos han confirmado que el comandante Manuel Cortés se halla entre ellos, pero no tenemos noticias respecto al capitán José Antonio Romero Huelin [el otro rehén español]", dijo a este diario un portavoz de la Embajada española en Belgrado. El contingente de tropas de Naciones Unidas liberadas ayer por los serbobosnios está integrado por militares ucranios, franceses, británicos y el comandante Cortés.

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Como ya ocurrió con la liberación del primer grupo de 120 rehenes el viernes pasado, la operación de evacuación de ayer estuvo dirigida en nombre del presidente serbio, Slobodan Milosevic, por su jefe de Seguridad del Estado, Jovica Stanisic. Los rehenes fueron concentrados primero en Pale (capital de la autoproclada República Serbia de Bosnia) para emprender después viaje a Be1grado a través del territorio bosnio controlado por las fuerzas serbias hasta llegar a Zvornik, ciudad fronteriza entre Bosnia y Serbia, situada a 163 kilómetros de Belgrado.Periodistas y funcionarios de diversas embajadas esperaban en el punto fronterizo de Zvornik el paso de los rehenes ya liberados por serbobosnios. Diego Ruiz Alonso, consejero de la Embajada española en Belgrado, manifestó a EL PAÍS que las autoridades serbias de Pale comunicaron a mediodía de ayer que el comandante Manuel Cortés Méndez y el capitán José Antonio Romero figuraban entre los cascos azules que iban a ser liberado. Sin embargo, horas después no pudo confirmar si también el capitán Romero iba a ser liberado. Personal de la embajada se desplazó hasta Zvornik.

Poco antes de que se anunciara, sin confirmación, la liberación del comandante Cortés, el ministro de Defensa español, Julián García Vargas, se mostraba extremadamente cauto al respecto. "Damos un crédito limitado a la noticia de que la liberación podría ser esta semana. Prefiero ponerme en la hipótesis de que esto va para más tienipo", declaró en los pasillos del Congreso. Aunque añadió de inmediato: "¡Ojalá me esté equivocando!". Más tarde, desde el mismo Ministerio de Defensa se comunicó a los familiares de los rehenes su liberación por las fuerzas serbias.

Intensos contactos

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El consejero Ruiz Alonso subrayó que la embajada en Belgrado mantuvo desde el primer momento intensos contactos con los dirigentes serbios de Bosnia: "Como embajada tenemos la responsabilidad de defender los intereses de los nacionales españoles. Contactamos con el capitán y el comandante retenidose hicimos todo lo posible para que se incluyera a ambos rehenes en el primer grupo que fuera liberado". Ruiz Alonso atribuyó especial importancia al papel del presidente serbio, Slobodan Milosevic, en la liberación del segundo contingente de rehenes.

La liberación de un nuevo grupo de rehenes parecía inminente cuando se conoció la llegada a Pale de Jovica Stanisic, jefe de Seguridad del Estado de Serbia, enviado desde Belgrado por Milosevic con la misión de verificar el número de cascos azules que iba a ser puestos en libertad. Por su parte, los ministros griegos de Exteriores, Karolos Papulias, y de Defensa, Gerasimos Arsenis, no ocultaban ayer su optimismo en Belgrado tras entrevistarse con Milosevic. El día anterior, los dos ministros griegos tuvieron en Pale una maratoniana sesión negociadora con los líderes serbios de Bosnia. "Esperamos que la liberación de los rehenes se desarrollará de manera satisfactoria", declaró Arsenis.

Antonio Bodallo, encargado de negocios de la Embajada española en Belgrado, señaló a este periódico que eran numerosas las voces que intentaban "apuntarse el tanto" de la liberación de un nuevo grupo de rehenes, cuando en realidad una decisión de estas características "no se improvisa".

Desde Milosevic a los griegos, pasando por Estados Unidos, cuyo emisario, Robert Frasure, sigue en Belgrado, donde ha mantenido diversos contactos infructuosos con Milosevic, se presentan como poco menos que los artífices de la liberación.

"La puesta en libertad ha sido el resultado de muchas horas del trabajo callado de mucha gente", aseguró José Antonio Bodallo, quien acogió con poco menos que una carcajada la noticia difundida por la agencia italiana Ansa, según la cual Marino Andolina, pediatra de Trieste que preside una organización humanitaria dedicada a la ayuda a la población de la antigua Yugoslavia, actuó como mediador para la liberación del comandante Cortés y el capitán Romero.

Andolina manifestó que los dirigentes serbios decidieron liberar a los dos rehenes españoles en un "gesto de amistad" y en agradecimiento a la actividad humanitaria de la Asociación de Solidaridad Internacional de Trieste (ASIT), que preside el pediatra italiano. Andolina obtuvo el mes pasado la ciudadanía honoraria de Pale.

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