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¿Y la cabeza de santa María?

Polémica sobre el decomiso de una reliquia de la santa

No era el brazo incorrupto de Santa Teresa ni la sangre de San Pantaleón, sino un trozo del cráneo y varios huesos de la cadera de Santa María de la Cabeza, lo que José Francisco A. B., de 32 años, intentaba vender el domingo en el Rastro. Cuando le, detuvo la Policía Municipal, aseguró que se había encontrado en la calle el cofrecito que contenía los, restos y donde se leía: "Reliquia de Santa María de la Cabeza. Contiene hueso de cráneo de 4 por 4 centímetros y varios trozos de hueso ilíaco. 16 de diciembre de 1946El hallazgo de esta supuesta reliquia ha abierto interrogan tes entre los historiadores y heridas entre los vecinos de Torrelaguna (2.625 habitantes) municipio donde vivió la santa. La primera pregunta que se hacen los entendidos es: ¿se comercia con reliquias? Ramos Perera, coleccionista de reliquias, comenta que durante algún tiempo pudo comprarlas en un puesto del Rastro. Entre otras, adquirió suspiros de ángel, cerumen de san José, gotas de leche de la Virgen o plumas del arcángel san Gabriel. Perera supone "que existe mercado negro", pero matiza: "No obstante, son como el amor verdadero, ni se compran ni se venden".

Con respecto a las decomisadas el domingo, Luis Miguel Velasco, secretario de la Real Congregación de San Isidro, afirmó en la SER: "Es muy raro que aparezcan reliquias de santos. Todos los relicarios están guardados por iglesias y congregaciones".

Sin embargo, en este caso hay dudas. Las reliquias de santa María de la Cabeza -esposa de san Isidro- han sido varias veces divididas y cambiadas de lugar. En. 1645, fueron trasladas desde Torrelaguna al Ayuntamiento de Madrid. En ese momento, surgen las primeras dudas. Según Francisco Azorín, del Instituto de Estudios Madrileños, "nunca se supo con seguridad si se trasladaron todos los restos o sólo la cabeza, porque el cuerpo- según la tradición- había sido ocultado".

Mariano Cid, historiador de Torrelaguna, disiente: "Madrid se lo llevó todo porque el notario de aquella operación descubrió dónde se encontraba el cuerpo". Cid continúa: "Torrelaguna se sintió entonces ultrajada y estalló una revuelta popular. Madrid tuvo que dejar una canilla [brazo] en la parroquia para apaciguar los ánimos". En 1789, las reliquias de la santa fueron trasladas a la colegiata de San Isidro, donde pueden ser contempladas junto a las de su esposo. Durante la guerra civil fueron ocultadas para evitar su destrucción. Cuando la colegiata ardió, el obispado pidió a Torrelaguna dos figuras policromadas que poseía de los, santos. A cambio les dio un relicario con una mejilla de san Isidro.

Según Cid, las reliquias, decomisadas pueden ser "un pago a alguien por aquella in termediación". Azorín, más dubitativo, remacha: " ¡Vaya usted a saber! Con tantos tras lados y disecciones...".

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Sobre la firma

Vicente González Olaya

Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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