Caluroso homenaje de cuatro horas a Plácido Domingo

18 jóvenes artistas celebraron los 25 años del tenor en el teatro de la Zarzuela

En 1970 cantó por vez primera en el teatro de la Zarzuela el tenor Plácido Domingo, que venía ya precedido de amplia fama y que cuatro años antes había actuado en el Liceo de Barcelona. Junto a Ángeles Gulín, Glossop, La Casoni y Ruggero Raimondi protagonizó La Gioconda. Desde entonces, al Stiffelio de anteayer, el cantante madrileño ha mantenido su contacto con el público de las temporadas de ópera.Para celebrar los 25 años de aquel suceso, el teatro y sus rectores organizaron anoche un extenso concierto de cuatro horas de ópera y zarzuela. El escenario se había convertido en un...

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En 1970 cantó por vez primera en el teatro de la Zarzuela el tenor Plácido Domingo, que venía ya precedido de amplia fama y que cuatro años antes había actuado en el Liceo de Barcelona. Junto a Ángeles Gulín, Glossop, La Casoni y Ruggero Raimondi protagonizó La Gioconda. Desde entonces, al Stiffelio de anteayer, el cantante madrileño ha mantenido su contacto con el público de las temporadas de ópera.Para celebrar los 25 años de aquel suceso, el teatro y sus rectores organizaron anoche un extenso concierto de cuatro horas de ópera y zarzuela. El escenario se había convertido en un gran salón y en él confraternizaban los 18 jóvenes artistas que dedicaron sus interpretaciones a Plácido, que las escuchaba desde una esquina del escenario, acomodado en un sillón. En realidad, escuchaba el futuro de nuestra escuela lírica que, hoy por hoy, parece garantizado.

Ainhoa Arteta, Ángeles Blancas, Lola Casariego, Milagros Martín, Linda Mirabal, María: José Montiel, Ana Rodrigo, Verónica Villarroel (la protagonista femenina de Stiffelio), Yolanda Auyanet, Eteri Lamoris, Isabel Monar, Silvia Tro, Carlos Álvarez, Manuel Lanza, José Julián, Juan Lomba y Miguel Ángel Zapater, asistidos por la Sinfónica de Madrid, dirigida por Arturo Tamayo primero y por Miguel Roa después, cantaron célebres fragmentos de ópera de Bellini, Donizzetti, Verdi, Rossini, Puccini, Boito, Gounod, Bizet, Massenet y Charpentier.

Los mismos intérpretes pasaron, en la segunda parte, al cultivo de la zarzuela en fragmentos y autores más que célebres, entrañados en el alma popular.

Plácido Domingo parecía sentirse a gusto y en varias ocasiones tomó la palabra para agradecer el homenaje, para evocar sus años primeros como pianista acompañante de su madre, Pepita Embil, o alternando con ella en el dúo de La del manojo de rosas.

Subrayó como empezó su carrera profesional, cantando con la que podría haber sido su abuela, la mítica Lily Pons; la rueda del tiempo le ha deparado más tarde colaboraciones. de quienes podían ser sus padres, sus hermanos y sus hijos, y a buen seguro que le escucharemos al lado de los artistas de la generación de sus nietos. No faltó un punto de nostalgia -especialmente al evocar la ausencia de tantos seres queridos- pero Domingo es hombre de gran vitalidad y mira siempre hacia delante.Público entregado

Recibió interminables ovaciones de cariño y homenaje por parte de un público entregado y afectivo, parte del cual había asistido el día anterior al gran éxito de Plácido Domingo en la ópera Stiffelio, que volverá a representarse en la escena de la calle de Jovellanos mañana, día 29, y el 31 del mes actual, así como el 2 y el 4 de junio, siempre con Plácido Domingo en el personaje central.

Cuatro horas duró el concierto, pero nadie sintió fatiga ni la menor tentación de abandonar el local. Verdaderamente, el tenor madrileño y cuanto hicieron los jóvenes cantantes merecía la atención y el aplauso que tuvieron.

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