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El virus español de la hepatitis C muestra un alto índice de contagios de origen desconocido

Más de un millón de españoles, infectados por el agente de la hepatitis más agresiva

El virus español de la hepatitis C, una variante del aislado en Japón, muestra un mayor número de contagios de origen desconocido y una mayor resistencia al tratamiento uftilizado en la actualidad, según explicó ayer el hepatólogo Vicente Carreño, director del equipo que aisló hace cuatro años esta variante y que ha publicado ahora el resultado de nuevas investigaciones sobre las características de este tipo vírico. Entre uno y dos millones de españoles están infectados con el virus de la hepatitis, C, el más agresivo de los conocidos y contra el que no existe todavía una vacuna.

El equipo dirigido por Vicente Carreño, de la Fundación Jiménez Díaz, comprobó en 1991 que los genes del virus de la hepatitis C obtenido de suero de pacientes españoles mostraban un tipo de virus distinto a los aislados hasta ese momento en Estados Unidos y Japón (el más frecuente en Europa). Esta variante del virus, denominada VCH-S, se diferencia en un 10% del subtipo aislado en Japón, un 20% del aislado en Estados Unidos y hasta un 40% de otras cepas localizadas en otros países.Las investigaciones realizadas desde entonces por el mismo equipo, y publicadas la semana pasada en la revista británica Journal of General Virology, muestran que este tipo viral español, variante a su vez del tipo japonés, tiene una mayor resistencia que éste ante el tratamiento con el fármaco interferón y que en un alto porcentaje de pacientes infectados no es posible establecer la vía de contagio.

El estudio, realizado sobre 93 pacientes españoles con hepatitis C crónica, mostró que el 92% de ellos estaban infectados con esta variante, frente al 18% infectado también con el subtipo japonés. "Esta es la primera vez que se demuestra que una variante local tiene un predominio tan alto en una población", explicó Vicente Carreño. "Lo que no sabemos todavía es por qué ocurre esto. Puede estar relacionado con la propia estructura de este tipo español o con los hábitos de la población española", añadió.

El tipo VCH-S muestra también una epidemiología distinta a la del virus japonés: el 43% de los contagios en los pacientes estudiados se debe a transfusiones; el 14%, al uso de drogas intravenosas, y el 16% era por vía parenteral (por inyecciones o inoculaciones accidentales). El origen del contagio, sin embargo, es desconocido en un 27% de los casos, un porcentaje mucho más alto, según los especialistas, que en los contagios de la variante japonesa estudiados hasta ahora. En el subtipo japonés los contagios de origen desconocido son sólo el 16%, mientras que en un 69% se debe a transfusiones y en un 14% a drogas intravenosas.

Los daños que produce en el hígado el subtipo español del virus son similares a los que produce el japonés, según Carreño, pero el virus tarda mucho más tiempo en desaparecer del organismo del paciente tras el tratamiento con interferón. "Los subtipos español y japonés del virus de la hepatitis C son los más agresivos, con una mayor probabilidad de que el paciente desarrolle una hepatitis crónica activa", explicó Carreño. "Aunque el tratamiento es el mismo en ambos casos y las posibilidades de curación también, hemos comprobado, sin embargo, que el 71 % de los pacientes infectados con la variante española siguen teniendo ARN (ácido ribonucleico) del virus después de restablecerse las funciones normales del hígado, lo que sugiere que es más tenaz que las otras cepas".

El test específico utilizado por los investigadores españoles para detectar el VCH-S permitió además descubrir un 5% más de casos de hepatitis C de los que podían detectarse con los comercializados hasta ahora, según los resultados de una investigación paralela con 260 pacientes.Vías de contagio

El virus de la hepatitis C es el más agresivo de los aislados hasta el momento. En la actualidad se ha comprobado que existen seis genotipos diferentes del virus y 12 subtipos. Este agente viral da lugar al 50% de las hepatitis crónicas, que a su vez pueden derivar en cirrosis en un 20% de afectados. Los tratamientos se basan en la utilización de diferentes dosis de interferón, también indicado en algunas terapias contra el sida.

Se trata de un virus muy inestable y que escapa con mucha facilidad a las defensas del organismo. Los investigadores dudan de si una posible vacuna será efectiva contra todas las variantes descubiertas o habrá que confeccionar vacunas específicas para cada cepa. Sus vías de contagio son fundamentalmente intravenosas por la utilización de drogas inyectables. No se conoce si se transmite por vía sexual, aunque los estudios muestran que la promiscuidad y ciertas prácticas de riesgo juegan un papel importante en algunos contagios.

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