Se rompe un récord lamentable
., La Academia de Artes y Ciencias Discográficas de EE UU, una entidad mutante para ser miembro de la cual hay que tener el nombre puesto en los créditos de al menos seis discos, está acostumbrada a recibir año tras año críticas punzantes, por sus decisiones y funcionamiento.Este año no premio como alternativo a un grupo consolidado, como ocurrió con U2 hace pocos años, ni se cortó el discurso de nadie para poner publicidad (despropósito que sufrió Frank Sinatra en la pasada edición). Pero, por ejemplo, se pasó por alto a REM y a su líder, Michael Stipe, una de las personalidades más potentes y reconocibles del rock actual. Para desconcierto de sus componentes, al grupo. grunge Soundgarden les premió en la categoría de canción heavy metal, por el tema Spoonman.
En realidad, Sheryl Crow fue la única artista relativamente joven en ganar premios importantes. Nombres como los de Elton John (sus canciones para El Rey León obtuvieron cuatro premios), Bonnie Raitt y Eric Clapton parecen ya abonados de por vida a los Grammy.
En el capítulo de música alternativa, un pobre término empleado en EE UU para designar a cantantes con espinillas que llevan jerséis rasgados de lana dada de sí y aretes en la nariz, la Academia se inclinó por los menos arriesgados, Green Day, un grupo punk que ha vendido seis millones de discos en EE UU, ignorando la apuesta más radical y verdaderamente alternativa de Nine Inch Nails, el peculiar proyecto musical de un tipo llamado Trent Reznor.
Pero hay que reconocer que compensó sus pecados reaccionando en otros apartados. Anteayer, por ejemplo, se decidió poner fin a un récord lamentable: el hecho de que los Rolling Stones nunca hubieran recibido un Grammy (excepto uno honorario, casi por obligación, en 1986). El último disco del grupo británico, Voodoo Lounge, fue votado mejor álbum rock del año, y el vídeo de la canción Love is strong también fue premiado. Otro grupo que se ve relegado a la menos importante categoría de rock es Aerosmith, cuya canción Crazy fue considerada mejor tema del año en ese género. Por ser rockeros, ni a los Stones, ni a Aerosmith, ni a REM se les había permitido el acceso a la categoría de mejor disco del año.
Otra apuesta por la seriedad musical fue, no sólo negar cualquier premio al grupo sueco Ace of Base, sino elegir, en la categoría de mejor dúo pop, a Lyle Lovett y Al Green por su tema Funny how time slips away, por encima de Mariah Carey y Luther Vandross. Carey, cantante prefabricada para recibir premios Grammy, presentaba en esta ocasión un remake del empalagoso tema Endless love, y se quedó sin premio.
