Crítica:CLÁSICA

Homenaje de Halffter a Tàpies

En su segunda actuación madrileña, la Bayeriche Staatorchester, dirigida por Peter Schneider, programó Mural sonante, de Halffter, junto a los últimos lieder de Strauss y la Novena sinfonía de Shostakovich. No creo que la obra compuesta Por Halffter a instancias de la Fundación Caja de Madrid sea un idóneo comienzo de concierto, pero ya sabemos que las más veces éste es el lugar reservado a la contemporaneidad antes de satisfacer al público con el repertorio más o menos habitual. Después de varias décadas, empieza a ser tradicional la obra de Cristóbal Halffter, tenga o no...

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En su segunda actuación madrileña, la Bayeriche Staatorchester, dirigida por Peter Schneider, programó Mural sonante, de Halffter, junto a los últimos lieder de Strauss y la Novena sinfonía de Shostakovich. No creo que la obra compuesta Por Halffter a instancias de la Fundación Caja de Madrid sea un idóneo comienzo de concierto, pero ya sabemos que las más veces éste es el lugar reservado a la contemporaneidad antes de satisfacer al público con el repertorio más o menos habitual. Después de varias décadas, empieza a ser tradicional la obra de Cristóbal Halffter, tenga o no tenga auténtica vigencia social. Tampoco tiene demasiada el legado de Gesualdo, muerto a comienzo del siglo XVIl.El Mural sonante abunda en bellezas sugeridas al músico por la plástica de Tápies y se mueve dentro de un repertorio estilístico propio del compositor madrileño.

Ciclo Orquestas del Mundo

Ciclo Orquestas del Mundo (Ibermúsica / Caja de Madrid) Bayeriche Staatorchester. Director: P. Shneider.Obras de Halffter, Strauss y Shostakovich. Auditorio Nacional de Madrid, 25 de febrero.

El pasado 18 de septiembre se estrenó en Alicante el Mural y el 11 de octubre la incluyó el Festival de Otoño de Madrid. En ambos casos dirigió Halffter, quien logra una autenticidad expresiva que a pesar de la calidad de su orquesta, no alcanza Schneider, pues violenta las potencias, abulta muchas soluciones originales y, en definitiva, practica un frío énfasis. Con todo, las calidades colectivas e individuales de la orquesta nos compensaron de la relativamente satisfactoria comprensión de la obra.

Los cuatro hermosos lieders terminales de la obra de Strauss los cantó con sutil preciosismo, extraordinaria belleza vocal y técnica irreprochable, la americana Julia Faulkner y para final la Sinfonía número 9 en mi bemol (1945), de Shostakovich, aligeró los espíritus desde su virtuosismo irónico. La versión es, quizá, lo más enteramente conseguido por la formación de Baviera y su maestro en su visita a Madrid.

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