Fallece en Zaragoza el pianista Luis Galve, Premio Nacional de Música

El pianista Luis Galve, uno de los "grandes de España" en la música, falleció el sábado en Zaragoza, su ciudad natal. A mediodía de hoy se celebrarán en, la basílica del Pilar de Zaragoza las honras fúnebres por el pianista. Galve contaba con 86 años de edad, de los que los tres últimos los pasó prácticamente postrado en la cama a causa de una grave dolencia cardiovascular, informa Javier Torróntegui. Hijo predilecto de Zaragoza desde 1988, hoy será enterrado en el pabellón de hombres ilustres de la ciudad.

Nacido en 1908, comenzó su vida de artista todavía niño. Trabajo, en la c...

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El pianista Luis Galve, uno de los "grandes de España" en la música, falleció el sábado en Zaragoza, su ciudad natal. A mediodía de hoy se celebrarán en, la basílica del Pilar de Zaragoza las honras fúnebres por el pianista. Galve contaba con 86 años de edad, de los que los tres últimos los pasó prácticamente postrado en la cama a causa de una grave dolencia cardiovascular, informa Javier Torróntegui. Hijo predilecto de Zaragoza desde 1988, hoy será enterrado en el pabellón de hombres ilustres de la ciudad.

Nacido en 1908, comenzó su vida de artista todavía niño. Trabajo, en la capital aragonesa con Guadalupe Martínez, revalidó sus saberes en el conservatorio madrileño después de estudiar con José Balsa, y, al fin, por consejo de Arturo Rubinstein, marchó a París, en donde sería alumno dilecto de Isidore Philip.

En el mundo, a través de viajes por Europa y América, Galve afianza pronto su fama hecha a golpes de autenticidad y desde la renuncia a toda demagogia artística. Tocar en los años veinte y treinta como lo hacía, Galve constituía una lección permanente de estilo a cuyo servicio se ponía una técnica poderosa.

Dos premios nacionales, el último concedido el año pasado, la ciudadanía de honor, las cruces condecoraciones no eran, sino signos visibles del aplauso que acompañó el arte de Galve a lo largo de casi ochenta años. Sería interminable la antología de críticas que lo sitúan como el gran intérprete que era: puro y hondo.

En octubre del año pasado, Zaragoza rindió a su hijo ilustre el último homenaje oficial al titular con el nombre de Luis Galve la sala de cámara del nuevo auditorio, poco después de descubrir una placa conmemorativa en la casa natal y recibir la medalla de oro de la Fundación Albéniz. Galve fue músico y hombre ejemplar; su vida y sus interpretaciones obedecían a rigurosos planteamientos éticos, pues la ética constituía para él un valor radical y determinante.

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