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Almunia, increpado y zarandeado por los asistentes al funeral por Ordoñez en Madrid

Javier Casqueiro

Los funerales que el PP organizó ayer en Madrid por Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA, terminaron con insultos y zarandeos al portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Joaquín Almunia, por parte de unas 500 personas. Almunia fue acompañado hasta su coche, aparcado a escasos metros de la Colegiata de San Isidro, entre gritos de "fuera, fuera", "Gobierno culpable", "chorizos" y "ETA asesina". Esta última fue la consigna que más se repitió por quienes no habían podido acceder al interior del templo.

Almunia, que había acudido al acto en compañía del ministro de Agricultura, Luis Atienza, alcanzó su vehículo gracias a un pasillo de protección que formaron entre diputados nacionales y regionales del PP. El secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos, 1amentó profundamente", el incidente, que ocurrió sobre las 21.50 de ayer.

El coche oficial de Almunia fue golpeado en el capó por los más exaltados, hasta que una docena de antidisturbios de la Policía Nacional le abrió paso para que dejase el lugar.

El resto de los. funerales transcurrieron con total normalidad, con la presencia de numerosas autoridades entre las 2.000 personas que acudieron a dar su último adiós al dirigente popular asesinado. Un tono moderado, fue también el que utilizó durante su homilía el vicario episcopal que presidió la celebración, Jesús García Burillo, que resaltó la personalidad humana y el talante religioso de Gregorio Ordóñez.

Entre los asistentes estaban -además de la planá mayor del PP con su líder, José María Aznar, acompañado de su esposa, Ana Botella-, el presidente balear Gabriel Cañellas, el presidente del Tribunal Constitucional, José Luis Rodríguez Piñeiro y elex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo. Tanto Almunia como Atienza se personaron en la iglesia cuando ya había empezado la misa.

Ante la avalancha de solicitudes para acudir al funeral del político vasco asesinado, la dirección del PP restringió las invitaciones con derecho, a sitio en la iglesia, para los dirigentes te rritoriales, limitando a tres las reservas por delegación . Las previsiones se desbordaron porque, además, decenas de simpatizantes del PP y per sonas sin militancia política alguna se presentaron en el templo para testimoniar su adiós a Gregorio Ordóñez.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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