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Estudios desmienten las teorías sobre inteligencia y raza del libro 'The bell curve'

El libro, The bell curve (La curva en campana) provocó el mes pasado una gran polémica en Estados Unidos, al relacionar el nivel de inteligencia de los negros con el estatus económico y afirmar que tienen un coeficiente intelectual inferior a otras razas. El libro fue acusado de ocultar, bajo planteamientos científicos, una ideología racista. Ahora distintos expertos critican sus puntos de vista en materia de educación y llevan la contraria a Murray y Herrnstein en la tesis de que los esfuerzos y ayudas educacionales con las minorías de color no conducen a mejores resultados.

Los niños negros que arrojan pobres resultados en test estandarizados de inteligencia, ¿están condenados a vivir en la pobreza, el crimen y la degradación social? Charles Murray y Richard Herrnstein, autores de The bell curve, sacaban conclusiones pesimistas sobre la posibilidad de mejoras para las clases más pobres. "En un futuro previsible", escriben, en su controvertido libro "los problemas de la baja capacidad cognitiva no se resolverán con la intervención de ayudas sociales".Pero hay expertos que creen que el apoyo social puede ser decisivo a los niños que viven en la miseria y los estudios sugieren que pueden mejorar. "Murray y Herrnstein simplemente ignoraron la evidencia", dice James Heckman, economista de la Universidad de Chicago. "Están absolutamente fuera de órbita".

La facilidad de acceso a una educación más alta -factor distinto a la inteligencia y al nivel familiar- ayuda a conseguir salarios más altos en la vida adulta. "Niños pobres, niños mudos, niños negros, etc, todos encontrarán que sus salarios subirán en proporción a los años de escuela", dice David Card, de la Universidad de Princeton, que ha comparado a hombres que crecieron cerca de colegios con otros que lo hicieron en otro ambiente, y concluye que la proximidad del colegio provocó más años de escolarización y mejores salarios.

Gran parte de The bell curve intenta demostrar que la "capacidad cognitiva" medida con test de inteligencia, es un poderoso factor de predicción para aspectos tan diversos como el salario, el comportamiento criminal o la competencia para ser padres. El libro concluye que apoyar a las escuelas para niños retrasados no es útil, porque los logros se marchitan pronto. Murray y Herrnstein minimizan las ventajas de que más gente acceda a más enseñanza, e incluso. advierten que la beneficencia hace que los pobres se reproduzcan más. Según ellos, la clase media americana dispone de un índice de inteligencia entre 90-100 puntos, y los negros de sólo 75. El entorno o la educación serían secundarios.

Pero otros expertos ahora avalan lo contrario. Un reciente estudio en miles de escuelas primarias, a cargo de Janet Currié y Duncan Thomas, de la Universidad de California, confirma que, como expone The bell curve, los niños negros con buenos resultados en test estandarizados. de inteligencia fracasan pronto. Pero los investigadores californianos sacan conclusiones contrarias sobre niños blancos pobres: con los mismos resultados que los negros en las pruebas, al ingresar en niveles superiores no pierden pie, no repiten curso y son más altos a los 9 años que otros grupos que no han estado en escuelas primarias. Por tanto, deducen Currie y Thomas, la explicación de la diferencia entre ambas razas es que los niños negros pobres viven en entornos más duros y, necesitan más apoyo para beneficiarse de la escuela.

Richard Murnane y Frank Levy, economistas de Harvard y de Massachusetts, constatan logros concretos de las mejoras escolares. El dinero recibido por escuelas elementales en barrios pobres de Austin (Texas) -integradas en servicios urbanos antidiscriminatorios- generalmente no tiene repercusión en los buenos resultados en los test. Pero cuando las escuelas reorganizan los métodos de enseñanza la cosa cambia

"Donde el dinero se usa para cambiar radicalmente el sistema y ambiente de estudio", dice Murnane, "los buenos resultados suben rápidamente".

Ambientes instruidos

Los niños despiertos crecidos en ambiente instruido suelen ir más años al colegio y, de adultos, ganan más que otros. Pero ¿puede explicarse el éxito por los años de educación y por la instrucción familiar? Los esfuerzos para dilucidar causa y efecto en educación y salarios apuntan en una dirección. Orley Ashenfelter y Alan Krueger, economistas de Princeton, han examinado las diferencias de salario entre gemelos idénticos. El hermano con más educación ganó un 16% más por cada año en la escuela.

Pero está poco claro que los estadounidenses quieran invertir en eliminar la cultura de la pobreza, si reducir el crimen o la dependencia de la beneficencia tarda una generación. No obstante muchos expertos creen que el determinismo pesimista de The bell curve está injustificado. "Las evidencias son aplastantes" señala Gary Burtless, del Instituto Brookings.

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