Las ONG reclaman practicar la solidaridad hacia los marginados que viven 'al lado'

Concluye en Sevilla el II Congreso Internacional de Médicos del Mundo

La organización no gubernamental (ONG) Médicos del Mundo concluyó ayer en Sevilla su II Congreso Internacional. El anterior se había celebrado en Cracovia hace cuatro años. Han sido dos días intensos, con la Giralda como testigo perplejo de testimonios sosegados y escalofriantes. Las ONG están volcadas en el Tercer Mundo, pero los organizadores del en cuentro proclaman la necesidad de hacer lo mismo con los que tenemos a nuestro lado, el llamado Cuarto Mundo, las minorías marginadas en nuestro entorno ciudadano. Es decir, la esencia de la solidaridad.

Las conclusiones del encuentro des...

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La organización no gubernamental (ONG) Médicos del Mundo concluyó ayer en Sevilla su II Congreso Internacional. El anterior se había celebrado en Cracovia hace cuatro años. Han sido dos días intensos, con la Giralda como testigo perplejo de testimonios sosegados y escalofriantes. Las ONG están volcadas en el Tercer Mundo, pero los organizadores del en cuentro proclaman la necesidad de hacer lo mismo con los que tenemos a nuestro lado, el llamado Cuarto Mundo, las minorías marginadas en nuestro entorno ciudadano. Es decir, la esencia de la solidaridad.

Las conclusiones del encuentro destacan la necesidad de aplicar criterios de "austeridad, honestidad y transparencia en todo el circuito financiero de ayuda y cooperación", así como que el 0,7 del PIB "pase a ser una obligación de los Estados y no una recomendación de la ONU". Pero, conclusiones aparte, nada más elocuente que los testimonios de los reunidos.Octavi Quintana, de 42 años, experto en bioética, adjunto al director general del Insalud, en su mes de vacaciones se fue a Ruanda y trabajó en Mugunga (Zaire), el campo de refugiados más espeluznante de la historia de la humanidad. Quintana es presidente del Comité de Bioética del Congreso Europeo y asesor de Jacques Delors en estas cuestiones. Y dice: "Ante la vida de las personas, todo lo demás pasa a segundo plano. Hay que recalcar que en estos momentos la solidaridad tiene y tendrá un prestigio meridiano; por el fenómeno en sí y por la categoría ética de las personas implicadas. La solidaridad y el voluntariado están avalados por los líderes éticos de nuestra sociedad. Nadie puede desentenderse; si eres libre*, solidario, y mínimamente humano, aquí tienes el campo para demostrarlo".

Valerio Grefa, coordinador general de COICA (Coordinadora de las Organizaciones Indígenas del Cuenca Amazónica), también de 42 años, manifiesta con cierta melancolía: "500 ciudades europeas (y ninguna española) se han adherido a nuestra causa. Intentamos ser un acicate universal para que los indígenas amazónicos puedan vivir sin que les arrebaten su suelo, su sueño, su ecosistema.

José María Mendiluce, europarlamentario que ha dedicado s u vida desde 1980 a las Naciones Unidas en el ACNUR, lo tiene absolutamente claro: "Ante la solidaridad no existen las fronteras. Soy absolutamente partidario de modificar el derecho internacional para que se posibilite la injerencia sin contemplaciones allá donde se masacren los derechos humanos fundamentales. La tragedia de Ruanda tenía que haber sido prevenida". Mendiluce sabe mucho de tragedias, pero es una persona alegre y disimula la amargura con un talante entrañable: "Lo más fuerte y patético que he visto en mi vida fue la masacre, en abril del 92, de Zvomir, cuando las bandas paramilitares masacraron a los musulmanes. La solidaridad es él banderín de enganche de la nueva revolución. Están résurgiendo antiguos y eternos valores, está resurgiendo la coherencia".

Concha Colomo, hermana del cineasta Fernando Colomo, y vicepresidenta de Médicos del Mundo recalca algo muy evidente en el Cuarto Mundo: "En estos dos días se ha insistido en el tremendo problema de los masacrados en nuestra sociedad. Hay a nuestro lado mucha gente al borde de la desesperación, mascando la miseria. La xenofobia está aquí; los parados, el sida, las prostitutas, los drogadictos... su sufrimiento y la exclusión a la que les obligamos son patentes. Es urgente y es un deber acogerlos de inmediato, ayudarlos, cuidarlos, darles vida y esperanzas".

Tortura

José Antonio Gimbernat, presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos, denuncia: "La marginación es nuestra eterna vecina. En España se si gue torturando, incluso se llega a condecorar o indultar a torturadores. Los derechos sociales están en crisis. Y siguen pagándolo los de siempre, los más dé biles. Nuestra política es hostil a los emigrantes. Pero aquí estamos y estaremos los que nos negamos. Nos tendrán que aguantar siempre".Pilar Estébanez, presidenta de Médicos del Mundo, dice algo impregnado de razón y de belleza: "La humanidad tiene que soñar. Si a un individuo no se le deja dormir ni soñar, se vuelve loco. Las utopías están desacreditadas y la humanidad ya no suena o suena sólo con el realismo; pero nosotros seguimos creyendo en las utopías".

Para demostrar que la solidalidad va ligada a la belleza, he aquí algunas frases vertidas por Rigoberta Menchú, que fascinó a sus oyentes: "¿Cómo vamos a salvar la Tierra si no somos capaces de salvarnos a nosotros mismos ... ? Quiero que la gente palpe la realidadde lo que nos pasa como se palpa a una mujer". Y remató con esta chicuelina referente a las mujeres: "...la creatividad colorida y la imaginación floreciente de la mujer".

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