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Argelia y Marruecos abren el camino hacia su reconciliación política

Un mes y medio después del cierre de la frontera terrestre entre Marruecos y Argelia, un ministro del Gobierno de Rabat visita la capital argelina. Se trata del titular de la cartera de Energía, Dris Jetu, quien, se ha trasladado a Argel para asistir a la inauguración de las obras del tramo argelino del gasoducto eurotransmagrebí, que deberá llevar el gas hasta el corazón de Europa, pasando por el estrecho de Gibraltar y España. Son los primeros síntomas claros de una reconciliación política entre Argel y Rabat.

Esta visita sirve para minimizar y casi olvidar la pugna surgida a finales del pasado mes de agosto, cuando el Gobierno de Hassan II acusó a la seguridad militar argelina de estar detrás del atentado perpetrado contra un grupo de turistas en el vestíbulo del hotel Atlas Asni de Marraquech y que costó la vida a dos españoles.El ministro marroquí asistirá a la cita con la que se pondrá en marcha la construcción del gasoducto y que tendrá como escenario un lugar no precisado de la región de Tlemcen, junto a la frontera argelinomarroquí. A la ceremonia asistirán también los ministros de Industria español, Juan Manuel Eguiagaray, y portugués, Mira Almarall.

La construcción del gasoducto la realizará la empresa norteamericana Bechtel, que deberá entregar las obras en un plazo récord de 24 meses. Su finalidad será unir los 530 kilómetros que separan los yacimientos de gas de Hasi Rimel con la frontera entre Argelias y Marruecos.

Todo esto sucede en plena escalada de la tensión mientras el Grupo Islámico Armado (GIA), la principal organización integrista radical, renueva sus amenazas contra los súbditos extranjeros y se responsabiliza del asesinato de un ciudadano francés, un ingeniero que llevaba más de una década viviendo en el país. Es la víctima extranjera número 63 de la oleada de xenofobia.

'Triángulo de la muerte'

Jean Pierre Manière había sido secuestrado una semana antes en la localidad de Meftha, en el llamado triángulo de la muerte, cuando, como todos los domingos, se dirigía al cementerio católico en su vehículo. Un comando armado le secuestró a punta de pistola cuando abandonaba el coche, y le trasladó a un lugar desconocido. El sábado apareció su cuerpo degollado.

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El Gobierno de Argel condenó ayer con energía este nuevo atentado criminal mediante un comunicado en el que señalaba que los responsables del acto tratan por todos los medios de "arrasar a sangre y fuego el país y de desangrarlo". Alain Juppé, ministro de Exteriores francés, pidió ayer a todos los franceses residentes en Argelia cuya presencia "no sea imprescindible" que abandonen el país.

El ministro de Industria español, Juan Manuel Eguiagaray, tiene previsto reunirse en las próximas horas en Argel con un grupo de españoles residentes en Argelia, para reiterar los mensajes de cautela que desde hace meses imparten las cancillerías europeas. La comunidad española en Argelia no sobrepasa las 250 personas, la mayoría de ellas religiosos y personal de las representaciones diplomáticas.

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