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Emine Sevgi Özdamar novela la emigración turca en Alemania

"Escribir es un viaje, y no se sabe muy bien adónde conduce", dice la escritora

'Escribir es un viaje, y no se sabe muy bien adónde conduce", dice Emine Sevgi Özdamar, autora de nacionalidad turca de la novela La vida es un caravasar (Alfaguara), escrita en alemán. 'En ese viaje se crean situaciones de peligro y emoción, igual que en el aria de una ópera, cuando uno no sabe si la cantante logrará terminar, o en un trapecio sin red". Lo que más ha llamado la atención de la crítica respecto a la obra de Sevgi Özdamar -una de las últimas sorpresas en la escena literaria del norte de Europa- es una fantasía que asume con mucha facilidad enormes riesgos narrativos. La escritora estuvo ayer en Madrid.

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En ese viaje que constituye la escritura, el cuerpo viene a significar como el puerto de salida y el puerto de llegada, explica la escritora. "Es extraño, porque preguntas al cuerpo, se generan palabras y luego se hace el viajeUn viaje es lo que hace la protagonista de La vida es un caravasar, desde el vientre de su madre en un tren lleno de soldados, a otro tren, a los veinte años, lleno de putas. Y el tratamiento de la realidad es absolutamente libre: mujeres que vuelan, espíritus que aparecen y que tienen nombre propio, y bebés no nacidos que alcanzan a sentir el olor de un capote de soldado con el que se cubre su madre en el tren. Según contó Miguel Sáenz, traductor del libro, el olor del capote viene de cuando Özdamar hizo de alabardero en una representación de Hamlet en Berlín Oriental.

. Porque lo que ha ocupado la mayor parte de la vida de esta emigrante es el teatro. Antigua militante izquierdista, Özdamar viajó a Alemania a los 19. años para trabajar en una fábrica durante dos años; desde los 12 años ya tenía experiencia como actriz. Regresó más tarde a Istambul para dedicarse al teatro, y luego hizo otro tanto en Berlín. Ahora vive fundamentalmente en Dusseldorf y pertenece a un comienzo de movimiento cultural turco germano. Ha escrito prosa y teatro, ha interpretado cine, toca el ut, instrumento turco y pinta y dibuja: pequeños seres en línea clara.

Dos puertas

Tienso que cuando un barco va siempre hacia Occidente termina por encontrar Oriente", dice Özdamar, cuya novela tiene por verdadero título el texto de un refrán derviche: La vida es un cara vasar / tiene dos puertas / por una entré / por la otra salí. La escritora es consciente de que -aunque su libro trascienda las etiquetas- tiene también tres que constituyen ejes del pensamiento políticamente correcto: literatura femenina, étnica y mestiza. "Las etiquetas tienen que limitar. Esa es su función, para eso han sido creadas: para privar a los libros de su función social, para neutralizar una energía y trivializarla, comercializarla". Y Emine Sevgi Özdamar saca a relucir una crítica escrita por una mujer en un diario suizo que al parecer motivó algunas protestas feministas: "Aparte del celo feminista", venía a decir, "este es un bello libro de mujer".

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