Un Cepeda recuperable

Cortijoliva / Cepeda, Aguilera, Liria.

Toros de Cortijoliva, muy bien presentados y de aparatosas defensas, que dieron un juego diverso.

Fernando Cepeda: ovación y vuelta al ruedo. Paco Aguilera, dos avisos y palmas, silencio. Pepín Liria, ovación y vuelta al ruedo.

Plaza Monumental, 7 de agosto.

Ningún aficionado ha discutido nunca la calidad torera de Fernando Cepeda, aunque también es bien sabido que en los últimos años; y por diversas circunstancias, no ocupa en el escalafón el lugar que por su citada calidad merece. Sin embargo, después de la gran faena al cuarto toro de esta corrida, malograda por la espada como tantas otras veces, cabe hablar de un Cepeda recuperable, porque diestros que toreen con esta clase, con este temple y con esta torería, no abundan hoy en día.Sus dos toros tuvieron algo en común, la nobleza, pero también un viaje algo lento y apagado. Había que tirar de ellos y torear muy despacio. Eso lo hizo ya Cepeda en su primero, a base de apuntes, pero en el cuarto toreó prodigiosamente con ambas manos, aunque en algún momento ahogase algo la embestida del animal. Necesitó de dos pinchazos y una estocada corta, quedando todo en una aplaudidísima vuelta al ruedo.

Paco Aguilera, con el peor lote, mostró decisión, pero también una cierta falta de recursos. Al segundo le instrumentó algún buen derechazo, pero se pasó de faena y estuvo muy premioso con la espada, por lo que a punto estuvo de ver como el toro se le iba vivo a los corrales. El quinto tenía muchos problemas y Aguilera únicamente pudo mostrar voluntad.

Pepín Liria estuvo muy valeroso y en el primero con habilidad para quitar la muleta de la cara del toro y evitar los derrotes. En el sexto conectó con el público, pero toreó algo eléctrico y no siempre bien colocado, aunque lo hiciese con valor y entrega. Pinchazo, estocada y dos descabellos le privaron de un posible trofeo.