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Domingueros y malas repoblaciones

Las organizaciones ecologistas Asociación para la Defensa de la Naturaleza (ADENA/ WWF) y Greenpeace han presentado este ano dos informes analizando la política forestal en España y exponiendo lo que ellos consideran como soluciones al problema de los incendios. Ambas coinciden en señalar que detrás de cada fuego hay siempre razones como la mala planificación, las repoblaciones con especies pirófitas (como los pinos exóticos y eucaliptos, que arden fácilmente), el descuido en que se hallan nuestros bosques y las campañas de prevención, que sólo se hacen en verano.El documento de ADENA incide en el desastre ecológico que los incendios suponen, al dañar el suelo de forma irreparable. En cuanto a las causas inmediatas que los provocan, destaca que el 37% son intencionados -incluidos quemas de pastos y rastrojos- y otro 43% tiene origen desconocido. ADENA considera muy grave que haya un porcentaje tan alto de causas ignoradas.

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La intensidad y reiteración de los incendios

Las razones estructurales están más claras: La acumulación de leña y broza en el monte (la recogida de leña ha descendido desde 1940 en un 2.000%), la disminución de la población rural y la ganadería extensiva y el aumento de visitantes urbanos -con hábitos de típicos domingueros- han incrementado los riesgos. El tipo de propiedad también influye; los bosques consorciados con el ICONA han ardido, en proporción, tres veces más que los de particulares y ayuntamientos.

Cristina García Orcoyen, secretaria general de ADENA y vicepresidenta del Foro de Medio Ambiente de la Unión Europea, ve este año como "uno de los peores de la historia de España". Orcoyen propone la creación de un plan nacional contra incendios y de un gran pacto global que involucre a todas las administraciones y a la sociedad. "No hay que ser plañideros. Hay que actuar y buscar soluciones", afirma.

Fuertes sanciones

Greenpeace insiste en que el 96% por ciento de los incendios se debe a causas humanas. Ricardo Aguilar, portavoz de esta asociación, cree que "no se está tomando con seriedad el problema". Su grupo pide la creación de un plan de urgencia que centre sus esfuerzos en la prevención. En cuanto a las medidas a adoptar, proponen reforestar con especies autóctonas, mejorar los sistemas de extinción y establecer una coordinación con otras políticas nacionales, como las del agua y la energía.La última medida propuesta por Greenpeace para este año, calificado como "pésimo", afecta a todos aquéllos que hacen fuegos incontrolados. Aguilar ha pedido que se les castigue con sanciones, "sin esperar a que llegue a. producirse el daño". En este sentido, el proyecto de nuevo Código Penal prevé penas de uno a cuatro años de prisión menor por delitos de imprudencia que desembocan en fuegos. Para los delitos con intención, las penas llegarán a 20 años de cárcel.

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