Pepín Liria sustituye a El Soro en la corrida de esta tarde

La oreja que cortó ayer en Las Ventas el murciano Pepín Liria le ha servido para sustituir hoy a Vicente Ruiz El Soro, que sigue sin recuperarse de sus lesiones en la rodilla derecha. El empresario José Luis Lozano reconoció tras comunicar la noticia al apoderado del torero que llegó a emocionarse con la faena de éste, "no sólo valentísima, sino también torerísima". Lozano agregó que Liria dio una lección de cómo hay que venir a Las Ventas.El torero señaló a última hora de la noche su alegría "porque siempre es positivo ganarte los contratos en el ruedo" y aunque nunca ha matado toros de Conde de la Corte les amenazó a los de hoy: "Que se preparen porque voy a redondear como sea mi feria". Ayer los veterinarios rechazaron dos toros en el reconocimiento, aunque el ganadero se comprometió a traer más hoy.

Por su parte, Carlos Collado Niño de la Taurina afirma estar esta deuda con la afición de Madrid, de la que fue favorito en sus tiempos de novillero, a finales de la década anterior. "Entonces sí que di la talla en Las Ventas", reconoce, "lo que no ha ocurrido en la misma medida desde que soy matador de toros". Este toledano de 24 años, que dispone hoy de su única oportunidad en la feria, estima que, en su opinión, merecía haber entrado en algún otro cartel del abono.

Cuando echa la vista atrás para recordar sus excelentes tiempos novilleriles aquí, con dos salidas a hombros por la' puerta grande incluidos, el torero afirma que esa fue la época más feliz de su carrera: "Aquellos éxitos para un crío, como era yo entonces, fueron fundamentales, pues me dieron una confianza tremenda, ya que pensaba que si yo era figura para la afición más entendida del mundo, la de esta plaza, tenía que ser bueno de verdad a la fuerza".

Después llegó su alternativa, en 1988, sus primeras corridas de toros en carteles de figuras y lo que se preveía una confirmación como matador de tan prometedores inicios se truncó. "Me vino un poco grande todo aquello", confiesa Niño de la Taurina, "y perdí la confianza en mí mismo, con lo cual todo empezó a cambiar para mal".Los altibajos también influyeron en sus cambios de apoderado, aunque guarda un buen recuerdo de su descubridor y mentor entonces,, Manuel Cano, vicegerente de la empresa de Las Ventas: "Coincidió que él tenía mucho trabajo en este cargo y no podía acompañarme siempre, algo que necesitaba mucho entonces". A la hora de acabar este repaso de su trayectoria, dice que en el resurgir que apunta desde mediados de la campaña anterior ha sido fundamental la dirección y el cariño de Justo Ojeda, su apoderado actualmente.

El toledano prefiere hablar del presente y el futuro. "Mi carrera está en fase de ascenso, como lo prueba el gran triunfo que alcancé en la feria del Pilar, a finales de 1993, y ya este año el de Toledo en abril, cuando maté seis toros, y pocos días después en la propia plaza de Las Ventas, cuando corté una oreja". Una oreja que creía que le iba a servir para hacer dos paseíllos ahora en el ciclo isidril: "No fue así, y tendré que poner toda la carne en el asador en busca del triunfo".

Un triunfo al que piensa contribuyan los toros del Conde de la Corte, en los que confía aunque con ciertas reservas: "Les ocurre lo que a mí antes, que tienen altibajos en sus juego, pero ahora son de lo mejorcito, y gozan del respeto de la afición madrileña por pertenecer a una divisa de las consideradas duras.

Y unos toros que, en principio, también le gusta para banderillear, suerte que promete hacer sólo cuando los toros se presten: "No voy a descartar las banderillas, pero ahora mis mejores armas son capote, muleta y espada. Estas dos últimas sobre todo son las que te dan las orejas".