Las últimas tendencias del video de creacíon artística se presentan en Madrid

Hijo del cine y las artes plásticas, el vídeo se ha convertido con los años en un medio de creación con características propias. El World Wide Video Festival reúne en La Haya una selección internacional de las mejores cintas del año, en el único museo europeo dedicado exclusivamente al videoarte y las instalaciones multimedia. El Reina Sofía dedica, desde el pasado miércoles y hasta el 18 de junio, cuatro jornadas a la semana que desarrollan un programa con 25 de los trabajos presentados en la última edición del festival.

Tom van Vliett fundó hace 12 anos el World Wide Video Centre en La Haya, un museo que no sólo encierra la posibilidad de ver instalaciones y cintas de videoarte de todo el mundo -además del festival anual-, sino que proyecta constantemente hacia el exterior, en una gran ventana-pantalla, algunas de las obras que se exhiben dentro. "Me interesa que la gente de la calle tenga acceso a las obras de vídeo, que no sea algo encerrado, y que se habitúen a verlos con frecuencia", dijo Vliett al presentar el programa de 25 filmes de diversa duración , que se inició esta se mana. "Para entender una cinta hay que verla varias veces, como un cuadro en una exposición", afirmó.Con esta selección -que se exhibe de miércoles a sábado a las 19.00, hasta el 18 de junio -Vliett ha tratado de mostrar algunas de las principales tendencias del videoarte de hoy. "Si el cine trabaja con historias, el vídeo es para algunos un medio ideal para la expresión poética", explica, y para ilustrarlo ha seleccionado la cinta Les choses simples, del español residente en Francia Francisco Ruiz de Infante, que se orienta hacia la exaltación de la delicadeza y la fragilidad, tanto en la imagen como en el texto. No son muchos, sin embargo, los que anclan su obra en la palabra hablada o en el diálogo, quizá por cierto interés por romper las barreras idiomáticas y hacer trabajos más internacionales, o porque este nuevo medio ha encontrado su rumbo alejándose de los recursos propios del cine y la televisión.

Las tendencias del videoarte actual responden a los intereses habituales de los artistas, pero el tratamiento visual es el que las distingue. "En muchas de estas obras se advierte en los últimos años la voluntad de compromiso político", dice. Las situaciones de Irlanda y el Tíbet son dos de los temas que se abordan en los vídeos presentados, aunque en ambos casos los autores se acercan más a la imagen emotiva que a un estilo documental.

El super 8 se ha convertido también en una herramienta habitual entre estos artistas. "Usan el super 8 por la calidad y las posibilidades estéticas que tiene, pero además es frecuente también el uso de fragmentos de filmes ajenos para incorporarlos al propio". El video La silla, del danés Lars Kristensen, es uno de los ejemplos que ha elegido Vliett para mostrar este tipo de experimentación.

Hay quienes se muestran seducidos por el poder de las nuevas tecnologías. Los creadores japoneses, según Vliett, tienden a hacer vídeos complejos con equipos muy sofisticados, como los que han hecho Tomoko Take y Shinici Yamamoto. En otro extremo se sitúan muchos videoartistas cuyo trabajo es principalmente autobiográfico y centrado en el cuerpo, en la sexualidad.