Espérame en el cielo
¿Te acuerdas, César? Hace diez años te escuché tocar Noche triste, aquel bolero grabado por Machín en 1945. Quedé fascinado. Me susurraste la letra y quedé más fascinado aún: "Cuando, silenciosa, / la noche misteriosa / envuelve con su manto la ciudad, / el eco de tu voz / escucho junto a mí / y siento que es mayor mí soledad". Qué te voy a contar, viejo, que tú no sepas de ausencias. Siempre que interpretábamos esa canción se me hacía un nudo en la garganta y me ponía a saltar como un poseso para espantar las lágrimas. También pasaba lo mismo con aquella otra: "Espérame en el cielo / si es que te vas primero".Ahora ya casi soy mayor y no lloro más que cuando me da la gana. Y hoy me da la gana, porque quiero, puedo y debo. Te has ido, viejo, y no me ha dado tiempo a devolverte 10.000 pesetas. Esta noche las voy a pulir en vino y desvaríos. Saluda de mi parte a Boris Vian y a Mata Hari. Hazme un hueco allá donde tú estás. Vaya con Dios tu vida. Adiós, César, maestro.