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Los serbios desafían a la ONU y atacan Gorazde

Gorazde se ha convertido en el nuevo objetivo. Después de que los bombardeos cesaran sobre Sarajevo y Mostar, ahora es este enclave de mayoría musulmana situado al este de Bosnia, protegido por la ONU, el que sufre la agresión de los serbios. Al menos 15 civiles han muerto en los intensos combates que se libran desde hace seis días. Radio Sarajevo informó ayer que los atacantes están intensificando los bombardeos y han conseguido abrir una brecha en las defensas bosnias. La emisora calificó de "dramática" la situación en Gorazde, cuyo asedio cumple hoy, como la guerra en Bosnia, dos años.

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Las informaciones difundidas por radio Sarajevo, no confirmadas por la ONU, aseguran que varias aldeas alrededor de Gorazde han caído en poder de los combatientes serbios, lo que ha provocado un elevado número de víctimas. Numerosos civiles huyen hacia Gorazde.El general británico Michael Rose, jefe de los cascos azules de la ONU en Bosnia, negoció ayer con los serbios la posibilidad de viajar a Gorazde el miércoles. El general quiere ver con sus propios ojos qué ocurre en el enclave, una de los zonas declaradas "bajo protección especial de la ONU". Los radicales serbios han impedido la entrada de nuevos observadores militares de las ONU en la ciudad, cercana a la frontera con Serbia y una de las tres -junto a Zepa y Srebrenica- que resisten desde el inicio de la guerra, en abril de 1992, el cerco de las milicias serbias.

Los serbios afirman que son los musulmanes quienes, de acuerdo con los croatas bosnios, emprendieron hace siete días su ofensiva de primavera en Gorazde. Sin embargo, el portavoz de Unprofor en Sarajevo, el comandante Ron Anninck, señaló ayer que son los serbios quienes han lanzado una ofensiva combinada de artillería, infantería y blindados. Anninck agregó que los bosnios serbios no tienen derecho a desplazar a Gorazde tanques y armamento de la zona de exclusión impuesta por la OTAN como parece que han venido haciendo a pesar de las advertencias de la ONU.

El presidente norteamericano, Bill Clinton, dejó claro ayer que Estados Unidos no tiene intención alguna de involucrarse en una batalla para impedir que los serbios tomen por asalto otras ciudades al margen de Sarajevo, y afirmó que el papel de Washington se limitará "a facilitar apoyo aéreo" a las tropas de la ONU si deciden intervenir en Gorazde. En el mismo sentido, el secretario dé Defensa, William Perry, no mostró demasiado entusiasmo acerca de la posibilidad de proteger el enclave musulmán ante lo que algunos diplomáticos y militares consideran un nuevo desafío a la ONU. El portavoz de Unprofor en Sarajevo, elevó a 15 el número de civiles muertos en los ataques de los últimos días y a 40 el número de heridos. El volumen de bajas no refleja la envergadura de la batalla que se está librando, según Anninck. A la ofensiva en el este de la república hay que añadir nuevos incidentes al norte. Una de las más importantes operaciones organizadas desde el inicio de la guerra, la evacuación de al menos 6.000 musulmanes de la localidad de Prijedor amenazados por los ocupantes serbios, debía comenzar ayer. En el último momento la evacuación por parte del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) fue suspendida indefinidamente, al no llegarse a un acuerdo con los serbios. El primer ministro bosnio, Haris Silajdzlc, había advertido contra una nueva oleada de limpieza étnica en el norte de la república desatada por los seguidores de Radovan Karadzic.

El jefe de la policía de Prijedor (serbio), donde en los últimos días han sido asesinadas 17 musulmanes y tres croatas en acciones de limpieza étnica, asegura que los musulmanes están a salvo, "pero la mayoría quiere irse", dice la ONU.

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