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Abierta en Bonn la gran muestra sobre la colección del museo de Leipzig

El Austellungshalle de Bonn abre hoy sus puertas a la exposición De Lucas Cranach a Caspar David Friedrich, con 169 obras escogidas de los fondos del Museo de Bellas Artes de Leipzig. La magnífica colección de este museo abarca cuatro siglos de la mejor pintura; lo que no tiene son las paredes para mostrar más de un 5% de sus fondos. Fue víctima primero de la destrucción por la guerra y posteriormente de la negligencia del régimen comunista. Con la actual muestra, que en otoño pasado atrajo a 150.000 espectadores al Petit Palais parisiense, se pretende llamar la atención sobre la crítica situación de un gran museo europeo.El Museo de Bellas Artes de Leipzig fue fundado hace 150 años por la alta burguesía de la rica ciudad sajona y cuenta con 2.700 óleos, 55.000 obras gráficas y 750 esculturas. Dado que sus compradores fueron comerciantes, las obras de Leipzig reflejan la iconografía y el gusto burgueses, mientras la pinacoteca de, la vecina Dresde muestra las adquisiciones representativas de los nobles y reyes de Sajonia.

La importancia del museo de Leipzig se debe a sus amplios fondos de obras maestras de la pintura alemana de los siglos XV y XVI, Cranach, Holbein, Durero; de los holandeses del siglo XVII, entre los que destacan Pieter de Hooch y Frans Hals, y de la obra gráfica de los italianos de los siglos XVI y XVII, Gianlorenzo Bemini, Primaticcio y Salvator Rosa. La colección incluye destacados óleos del romanticismo alemán del siglo pasado. Tambien posee una gran colección de los expresionistas alemanes, que fue destruida por los nazis en 1937 al ser considerados "artistas degenerados". Hoy día, al museo le sobran obras del socialismo realista y le falta, si quiere ser completo, la Pintura del siglo XX.

Destruido durante la guerra

Pese a su importancia, el museo es prácticamente desconocido por el público occidental. El edificio que albergó la colección hasta 1943 estuvo situado junto a la ópera y a la Universidad, en pleno centro de Leipzig. La mayoría de las obras sobrevivieron la destrucción del museo por las bombas, que tras la guerra fueron trasladadas a la sede del antiguo Tribunal Supremo del Reich, un lugar alejado y poco apropiado para el arte, pero donde siguen en la actualidad. Sin embargo, se perdieron casi 200 obras, sobre todo por las llamadas "comisiones de trofeos" del Ejército Rojo soviético, que confiscó numerosas obras.

Los sufrimientos de Cranach y Durero se prolongan en la actualidad. En próximas fechas, el Tribunal Federal de Administración se mudará al museo, con lo cual una de las más ricas colecciones de la pintura alemana quedará desalojada. El actual director del museo, Herwig Guratzsch, desterrado por el régimen de la RDA y vuelto a Leipzig tras la caída del muro, espera que la actual exposición ayude a solucionar el problema.

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