Crítica:MUSICA CLÁSICA

La pianista que convulsiona

Continuó Aldo Ceccato al frente de la Orquesta Nacional su ciclo Stravinski-Chaikovski y, en esta ocasión, ambos nombres estaban representados por obras e intérpretes fuera de serie. Se trataba, de la Sinfonía de salmos, una de las cimas de la invención stravinskiana en cuanto a belleza, originalidad de pensamiento y renovación del lenguaje desde su misma intrahistoria. Pienso que la versión, en sus resultados, fue un poco desigual, al iniciarse con un movimiento excesivo que no salvó cierta descohesión, proseguir en línea ascendente de interés y perfección en el segundo movimiento y ac...

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Continuó Aldo Ceccato al frente de la Orquesta Nacional su ciclo Stravinski-Chaikovski y, en esta ocasión, ambos nombres estaban representados por obras e intérpretes fuera de serie. Se trataba, de la Sinfonía de salmos, una de las cimas de la invención stravinskiana en cuanto a belleza, originalidad de pensamiento y renovación del lenguaje desde su misma intrahistoria. Pienso que la versión, en sus resultados, fue un poco desigual, al iniciarse con un movimiento excesivo que no salvó cierta descohesión, proseguir en línea ascendente de interés y perfección en el segundo movimiento y acceder a la serena e intensa emoción del magistral Salmo CL. Cantó bien el coro, se mostró ágil y natural la orquesta y demostró Ceccato conocimiento e imagi nación.Antes, escuchamos el Concierto número 6 (Invenzione Concertata), de Goffredo Petrassi, el gran maestro nonagenario que cuenta entre los formadores y definidores del pensamiento y el lenguaje musical de la contemporaneidad. Escrita en 1957, la Invención Concertada es ejemplo de bien hacer, modelo de equilibrio, lección de mesura a la hora de combinar los timbres y, en suma, mensaje de pura belleza, ajena a cualquier contaminación extramusical. La llevó con claridad y precisión Aldo Ceccato que obtuvo una muy positiva respuesta de los profesores de la ONE.

Orquesta Nacional de España

Director: A. Ceccato. Solista:B. Engerer, piano. Obras de Petrassi, Stravinski y Chaikovski. Auditorio Nacional. Madrid, 25 de febrero.

En la segunda parte, Chaickovski en una de sus composiciones de mayor alcance popular: el Concierto en si bemol menor, para piano y orquesta. Asumió el papel protagonista la sensacional pianista francesa Brigitte Engerer (Túnez, 1952), acumuladora de premios y de escuelas, pues de la francesa de Luciette Descaves pasó a la soviética de Stanislav Neuhaus.

Engerer es una potencia virtuosística de primera magnitud y una formidable inteligencia de artista. Su pianismo grande, cuya voz se alza por encima de la gran formación orquestal, puede tornarse sutil hasta el extremo como lo demostró en la página de Debussy tocada como propina. Colaboró con ánimo identificativo el maestro Ceccato, pero la Engerer es capaz, por sí sola, de convulsionar a toda la orquesta.

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