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Niebla densa en el Pisuerga

FASA-Renault dice adiós a los beneficios en medio de su peor crisis

El pasado 31 de diciembre finalizó en las plantas de FASA-Renault en España la aplicación de lo que se conoce como Acuerdo Industrial y Sindical 1989-1993, que incluye los planes de bajas voluntarias incentivadas y prejubilaciones.La aplicación de este proyecto ha supuesto destinar más de 50.000 millones de pesetas al primer y segundo apartados del plan, y otras partidas de igual o mayor importancia a la reforma y modernización de las factorías de FASA-España, que han visto en los últimos años cómo se jubilaba anticipadamente o se daba de baja en la empresa más del 30% de la plantilla total de FASA-Renault en, nuestro país hace apenas cinco años.

El responsable de asuntos sociales de la empresa, Juan Antonio Fernández Sevilla, afirma que la aplicación del plan de bajas, además de ser "un revulsivo importantísimo para los trabajadores, ha conseguido adecuar las plantillas al reto de la competitividad y presentar una empresa fuerte y segura ante la grave crisis que atenaza el sector en estos tiempos".

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La crisis en el sector del automóvil preocupa vivamente en la capital del Pisuerga y en lo que se conoce como el eje industrial Burgos-Palencia-Valladolid, una zona, tradicionalmente envuelta en niebla, que se esfuerza por ver la luz. La Administración autonómica, por boca del presidente, Juan José Lucas, ya ha anunciado su intención de apoyar a FASA y por extensión a toda la industria auxiliar que participa del desarrollo de la multinacional francesa.

Todo sea porque el buque insignia de la industria castellanoleonesa siga ejerciendo la influencia social que siempre tuvo, hasta el punto de que todavía -es frase común que "cuando FASA se- constipa, Valladolid estornuda".

Los responsables de la multinacional en España consideran que la situación de FASA es la misma que la de cualquier otra empresa del sector de la automoción en España, pese a haber colocado en el mercado este año 735.000 vehículos, un 24% menos que en 1992. Esto significa que soporta una crisis mucho más fuerte de lo que se creyó nunca. Incluso la actual coyuntura ha hecho que en 1993, por primera vez y desde hace mucho tiempo, Renault no haya obtenido beneficios. "Una posibilidad que no quiere decir que se vayan a producir pérdidas cuantiosas, porque estamos hablando de una empresa saneada", dice Fernández Sevilla.

Juan Antonio del Moral, presidente de la empresa, asegura que "el 94 será mejor que el 93". Los presupuestos de la multinacional "para el próximo ejercicio económico prevén la fabricación de unos 800.000 vehículos, 65.000 más que en l993". Del Moral, en tono más cauto, cree igualmente que la recuperación del mercado del automóvil puede ser lenta, "aun a pesar de que por el momento esta posibilidad no encuentre confirmación alguna".

Ante la actual crisis que vive el sector, todas las partes implicadas consideran, en beneficio de la propia empresa, que FASA-Renault abrió los ojos en 1988. Según el responsable de asuntos sociales, "aun siendo líder en el sector, la empresa se dio cuenta de que entraba en un mundo más competitivo y tomó una serie de medidas muy importantes, como el plan de bajas voluntarias incentivadas que obligaba a reducir los efectivos de todas las categorías y estamentos en una proporción del 30% al 35%".

La representación sindical de UGT, fuerza mayoritaria en la empresa, considera que la coyuntura actual, a pesar de las dificultades, "ha sido afrontada con una clara visión de futuro por este sindicato, el cual, con el acuerdo 89-93, hizo una demostración de su capacidad de negociación en asuntos complejos que hasta esas fechas no había negociado sindicato alguno con su empresa a este nivel. Fernando Pérez Torrego, portavoz de UGT en FASA, va más allá y afirma: "La evidencia demuestra que el acuerdo fue positivo y un serio avance ante los acontecimientos, tal y como se demuestra en otras empresas del sector".

La confederación de cuadros de FASA también se muestra optimista ante el futuro de esta empresa. Martín Gallego, representante de la misma, no encuentra problemas graves en el funcionamiento de la multinacional, augura "un crecimiento económico lento pero seguro" y se felicita, al igual que los ugetistas, del desarrollo del plan de bajas y jubilaciones anticipadas.

Las esperanzas están puestas en un nuevo modelo: las previsiones de lanzar el Laguna, sustituto del R-21, han hecho que no se aplique el expediente de regulación de empleo previsto en diciembre pasado.

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