Cartas al director

Sida e información

Leo en EL PAÍS del 13 de diciembre, sección Revista de Prensa, un artículo publicado en Time, La responsabilidad de los enfermos de sida, fechado en diciembre de 1993, y me pregunto una y otra vez si las fechas serán correctas. ¿Cómo es posible? Vuelvo a leer. Quisiera que fuera un error. Necesito que sea un error. ¡Tiene que serlo! Releo una y otra vez y comienzo a sentir una espesa y grasienta mezcla de angustia, indignación y vergüenza ajena al tener que admitir que la fecha es correcta. Siento miedo y dolor, porque sé que millones de personas están recibiendo en ese mismo momento la...

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Leo en EL PAÍS del 13 de diciembre, sección Revista de Prensa, un artículo publicado en Time, La responsabilidad de los enfermos de sida, fechado en diciembre de 1993, y me pregunto una y otra vez si las fechas serán correctas. ¿Cómo es posible? Vuelvo a leer. Quisiera que fuera un error. Necesito que sea un error. ¡Tiene que serlo! Releo una y otra vez y comienzo a sentir una espesa y grasienta mezcla de angustia, indignación y vergüenza ajena al tener que admitir que la fecha es correcta. Siento miedo y dolor, porque sé que millones de personas están recibiendo en ese mismo momento la misma errónea información de hace años y que hoy es la mayor antivacuna del sida... Sí, la fecha era la correcta, pero no lo que mis ojos leían: "Debemos hacer un llamamiento moral a aquellos que son probables portadores del virus (homosexuales, toxicómanos que intercambian jeringuillas, personas a las que se les ha hecho una transfusión de sangre antes de 1985)".Yo creía haber entendido que para la OMS y caso de no encontrarse antes un remedio (en lo cual yo sí confío), dentro de seis años, del 75% al 80% de los casos de transmisión del sida serían imputables al contacto heterosexual. Y entonces pienso con perplejidad cuál será el motivo por el que de nuevo se deja caer a la mayor parte de la humanidad (los heterosexuales) en la ignorancia, en el pozo del sida. Y pienso que caerán como moscas. Pero no importa... Ellos -se dirá- no cogieron el sida vergonzoso. El de la homosexualidad, el de las jeringuillas: el de la gentuza... Ellos -se dirá- sólo murieron por el sida heterosexual. ¿Sólo? Hay que decirlo nuevamente: el sida no tiene vergüenza, y la muerte no tiene predilecciones sexuales. Más tarde releo el editorial de EL PAÍS del 12 de junio de 1993 y me tranquilizo: "El sida no es privativo de ningún grupo social ni de conducta sexual alguna; amenaza a todos si no se previene responsablemente su posible contagio".

Sabemos que la información es, por ahora, la mejor prevención. Por favor, miremos el calendario las veces que sean necesarias (1993) y no demos una falsa imagen de nuevo: seamos responsables todos de una vez e informemos y consecuentemente cuidemos y prevengamos en lo posible -pero de verdad- también a ese 75%-80% de humanidad que son los heterosexuales. No nos engañemos una vez más. Sólo de esa manera, por ahora, podremos conseguir hacer algo contra el sida y a favor del 100% de la humanidad.- Alfonso Boyano González.

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