El Sevilla, un equipo de medio pelo en Logroño

El Sevilla jugó como los equipos de medio pelo: sin desmelenarse ni mostrar maneras de líder. Actuó como si el fútbol fuera un empleo y un negocio que vive del resultado, o sea no jugando como si fuera una fiesta y hubiera que olvidarse del marcador. Hasta el caballo de Espartero sabe que cualquier equipo se lleva puntos de Las Gaunas.Ya decía Spinoza que la grandeza de un líder depende de la mediocridad de los que le rodean. El Logroñés de ayer se mostró tan incapaz de acertar que el Sevilla acabó pareciendo un equipo de campanillas cuando apenas tenía un cascabel, Moya, y sonó por casualidad.

Hasta que se cumplió el primer cuarto de hora, lo más futbolístico que se vio fueron tres fueras de juego que García de Loza le pitó a Salenko. El Sevilla respondía al esquema basando su juego en dos preposiciones: fuera y contra. Provocar el fuera de juego y buscar el contragolpe.

El gol de Moya dejó tocado al Logroñés. Por si no fuera bastante, Luis mandó retrasar a Paz dando orden de deshacerse del balón a las primeras de cambio: hasta dos balones mandó fuera del campo un jugador tan técnico como Simeone. El reloj podía hacer el resto metiendo prisa y desacierto. Y hasta Salenko, en el minuto 65, falló lo que no está en los escritos para acto seguido dar muestras de su oportunismo e igualar el partido.