UN DEBATE POR EL EMPLEO

Sueños de juventud

El aprendizaje se perfila como la fórmula de solucionar el paro juvenil en España, el más alto de Europa

El paro en España, además de ser el más alto de la Comunidad Europea, está mal distribuido. Las variables de sexo, edad y localización geográfica son determinantes de esa irregular distribución. Jóvenes, mujeres y comunidades autónomas del sur son los más castigados por este fenómeno que afectaba a 3.3 96.700 personas a finales de junio pasado según la Encuesta de Población Activa (EPA).El paro juvenil, con una tasa del 37,9% de la población juvenil, es, a juicio de todos, el mayor reto pendiente por sus componentes de frustración personal y social. El contrato de aprendizaje se perfila como u...

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El paro en España, además de ser el más alto de la Comunidad Europea, está mal distribuido. Las variables de sexo, edad y localización geográfica son determinantes de esa irregular distribución. Jóvenes, mujeres y comunidades autónomas del sur son los más castigados por este fenómeno que afectaba a 3.3 96.700 personas a finales de junio pasado según la Encuesta de Población Activa (EPA).El paro juvenil, con una tasa del 37,9% de la población juvenil, es, a juicio de todos, el mayor reto pendiente por sus componentes de frustración personal y social. El contrato de aprendizaje se perfila como una solución para este colectivo. Se trata de una relación laboral pensada para los 200.000 jóvenes afectados por el fracaso escolar, con bajos costes y deducciones en las cotizaciones a la Seguridad Social.

La última EPA, presentada la última semana de julio, se convirtió en el primer refresco amargo para todos los españoles antes de las vacaciones. El 22,25% de la población activa estaba en paro. Y si se tiene en cuenta solamente a las personas menores de 25 años -lo que se considera paro juvenil-, el desempleo afectaba a 1.266.740. De éstos, 386. 370 parados tienen entre 16 y 19 años y 880.370 entre 20 y 24 años. La tasa de paro juvenil en España se sitúa a final de junio pasado en el 37,9% de la población activa juvenil, y es de largo la más alta de los países industrializados.

Cifras dramáticas

Que el paro juvenil es un asunto dramático es un lugar común, pero del que se pueden hacer distintas consideraciones. Luis Toharia, catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares, afirma que "los jóvenes tienen hoy menos bloqueada su incorporación al mercado laboral que a comienzos de los años ochenta. Desde 1985 hasta 1990, los jóvenes encontraron unos años mejores. En 1985, uno de cada dos parados era menor de 25 años, mientras que hoy lo es uno de cada tres".

Juan Francisco Jimeno, investigador de la Fundación Fedea, añade que los contratos temporales, en formación y prácticas durante la expansión registrada entre 1985 y 1990 fueron un alivio para el paro juvenil. Mientras en el año 1983 el número de parados menores de 25 años era de 1.200.000 frente a un paro total de 2.310.000, el pasado mes de junio el Paro juvenil era de 1.266.000 frente: a un paro total de 3.396.700 parados.

Toharia añade, sin embargo, que si la crisis persiste sí serán los más jóvenes los que la paguen más caro. En un estudio elaborado por este profesor el pasado mes de mayo se puede leer: "La mayor tasa de paro se da entre los grupos de menor edad. Con datos de final de 1992, más del 42% de los jóvenes activos de entre 16 y 19 años estaba en paro, pese a reducirse su cifra desde 1985. En el otro extremo se encuentran, con una tasa de paro del 8,6%, los de 55 años o más".

El paro juvenil, además de ser un drama personal que conlleva una gran dosis de frustración social, tiene que ver con la estructura de los salarios, según Jimeno. "Muchas veces las empresas prefieren pagar un poco más por una persona experimentada que por un joven sin experiencia". A su juicio, no hay muchos incentivos para la contratación juvenil.

Para Domingo Bartolomé, asesor de la Unión General de Trabajadores para el empleo, el paro en España supone una triste y dolorosa batería de récords: "Mayor tasa de paro, de paro femenino, de temporalidad en el empleo, de paro de larga duración, de paro juvenil, de desigualdad regional". Destaca que el paro juvenil provoca que los jóvenes retrasen su emancipación social, lo que hace que sean las familias las que acojan a hijos mayores con mucha mayor frecuencia que en otros países europeos y, desde luego que en Estados Unidos. Esta nueva realidad social tiene su claro reflejo en los hábitos de consumo.

Regresión social

Los jóvenes, al no tener posibilidades de empleo, no asumen compras a medio y largo plazo tales como pisos. Viven el corto plazo. Y el que los hijos no puedan afrontar por sí mismos un proyecto de vida supone una regresión social en cualquier sociedad avanzada. Domingo resalta los aspectos psicosociales del fenómeno, desde la preocupación por perder el empleo hasta la pasividad y desvinculación social, pasando por las pérdida de autoestima y el deterioro del entorno familiar y social. Un paso más adelante se encuentra la linde de la marginación social.

Eduardo Gutiérrez, del gabinete técnico de Comisiones Obreras, considera que este sistema dé producción no da para mas y que es el momento de repartir el trabajo que existe ahora. "Estamos ante un ajuste estructural del mercado de trabajo, y los jóvenes y las mujeres son los más perjudicados. Hay que comenzar a estudiar sistemas de reparto de trabajo". Según este sindicato, la crisis ha golpeado sobre todo en las pequeñas y medianas empresas (pymes), donde más empleo se concentra, ya que el 52% de los puestos de trabajo se da en empresas de menos de 50 trabajadores.

También Fernando Moreno, director de relaciones laborales de la CEOE, piensa que "la deficiente estructura del mercado de trabajo la pagan, sobre todo, los jóvenes". Hay vías que "nosotros hemos intentando sugerir, como los contratos en prácticas, pero la normativa no es flexible y no ha cuajado".

Según Moreno, el contrato en prácticas se ha demostrado que es un buen camino para la incorporación al trabajo y para adquirir experiencia profesional. "El 60% de los contratados en prácticas en la Comunidad de Madrid se ha quedado en las empresas".

Para el representante de la CEOE, sin embargo, la inflexibilidad de los sindicatos dificulta este hecho, ya que "ellos piensan que quien entre por la puerta de una empresa tiene que tener un contrato en toda regla, lo que no deja de ser un obstáculo".

La otra modalidad de contrato ajustada a los jóvenes, el contrato en formación, se ha desvirtuado, según la CEOE, y se ha producido una bolsa de fraude "de la que tampoco son ajenos algunos empresarios". El hecho de que las empresas que se quieren beneficiar de las ayudas tengan que contar con un plan de formación hace que las pequeñas y medianas empresas se hayan quedado un tanto descolgadas de este modelo.

Moreno sugiere el contrato de aprendizaje para "aquellas personas que quieran aprender un oficio por la vía práctica de trabajar a diario con profesionales experimentados". Sin embargo, no tiene una idea muy positiva de los contratos temporales, "que perjudican a todos y, por supuesto, a las empresas, que no cuentan con un profesional motivado al no olvidar en su ocupación que es temporal".

Un análisis del Servicio de Estudios del Banco Central Hispano considera que la gran dificultad es que no existen medidas de incentivación para la contratación de jóvenes, lo que hace que se pierda una gran capacidad humana que incide directamente en la pérdida de competitividad de la economía española, como ha señalado la OCDE. Asimismo, se afirma que en España se fomenta más el subsidio a los parados que una "verdadera política activa de empleo con recursos destinados a la formación". Según ese análisis, en la población laboral española se dan los dos extremos indeseados. Contamos con el mayor índice de precarización en el empleo y a la vez con el mayor índice de funcionarización en potencia". "Somos un país de extremos"concluye.

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