Los problemas de la creatividad contemporánea

Las actividades dedicadas a la contemporaneidad que han hecho de Alicante, durante una semana, centro internacional de la creación, difusión y organización de la música actual terminaron ayer. La novena edición del festival que cada mes de septiembre acoge la ciudad mediterránea -sobre cuya continuidad ha dado públicas garantías el director general del INAEM, Juan Francisco Marco Conchillo- ha programado obras de 33 autores españoles y 24 extranjeros, 14 de las cuales respondían a encargos del INAEM y de la Fundación Caja de Madrid.Hay que anotar la buena traza vocal-instrumental, que responde...

Las actividades dedicadas a la contemporaneidad que han hecho de Alicante, durante una semana, centro internacional de la creación, difusión y organización de la música actual terminaron ayer. La novena edición del festival que cada mes de septiembre acoge la ciudad mediterránea -sobre cuya continuidad ha dado públicas garantías el director general del INAEM, Juan Francisco Marco Conchillo- ha programado obras de 33 autores españoles y 24 extranjeros, 14 de las cuales respondían a encargos del INAEM y de la Fundación Caja de Madrid.Hay que anotar la buena traza vocal-instrumental, que responde a ideas muy claras, de Al dios del lugar, de Francisco Luque, con la estupenda intervención de la soprano Marianne Pousseur, que el sexteto del AIS (Francia) interpretó con perfección junto a pentagramas de Kagel y Milhaud.

La Sinfónica de Galicia, dirigida por Maximino Zumalave, no anduvo a la zaga al estrenar otros encargos: la Sinfonía enfa, de un Mestres Quadreny bastante sorpresivo, extenso de proporciones y un tanto corto de ideación, que se aleja del, en otro tiempo, colaborador de Joan Brossa; los Cantos de pleamar revelaron la fidelidad a su línea, sus ideas y su lenguaje de Antón García Abril, que se pronuncia francamente lírico, expresivista y narrativo. Algo bien distinto a cuanto hemos escuchado en Alicante.

El grupo madrileño Manón asumió el encargo solicitado a Benet Casablancas, IntroducPelinski, Klaus Huber, Sinilia Arom, Henk Heuvelmans, Lupwishi Mbuyamba, José Antonio Alcaraz, Eskil Hemberg, Pierre Tureille, Eva Csebfalvi y Diálogo... sería un solo. Hubiera sido mejor para todos, y menos mal que no soltaron más pasta. Pero en el folleto de marras aún hay más: está la fotografía personal del artista repleta de muchos ja, ja, ja. ¿Acaso la onomatopeya de risa está usada para decir que se burla de todos? ¿Cual es el objetivo artístico de tales modos crípticos? Pitos y silencio. Nada puede argumentarse a favor de este bodrio que insulta hasta a la trayectoria de sus participantes.

La obra coreográfica, en general, tiende a la síntesis, a la brevedad, no a lo contrario. Otra cosa es proyectar una pieza extensa con la reunión -inteligente- de pequeñas creaciones. De hecho, muchos clásicos se han hecho así y de ellos perviven sólo fragmentos brillantes y aislados.

Pero esto no ha sido considerado aquí, y el resultado es un desastre, algo descarado, sin pies ni cabeza, que quiere hablar de la crisis de un Madrid envuelto en la basura (literalmente en bolsas y oyéndose el carro-trituradora que atormenta las madrugadas de muchos madrileños). Y basura es también lo que se ha visto sobre la escena.los españoles Luis de Pablo, Cristóbal Halffter, Carmelo Bernaola, Eduardo Bautista y Carlos Grande, que intervinieron a título individual o como representantes de diversos organismos, instituciones y países.

Canarias presentó el reciente disco compacto monográfico consagrado a Falcón Sanabria y se hizo escuchar el premio Ciudad de Alcoy 1993, Tramas, de Emilio Calandín (Valencia, 1958).

Todas las actividades han de entenderse como tónica de normalidad musical en una España integrada, más de tener en cuenta en momentos en los que un festival con 20 años de prestigio, como el de Metz (Francia), ha debido suspender la anunciada edición del presente año argumentando razones de índole económica e infraestructuras.