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Guerrero suple el déficit de delanteros

Santiago Segurola

El fútbol español tiene un déficit clamoroso de talento en la delantera. La imagen de Romario, todo goma y gol, presidió las incontables llegadas de la selección al área de Chile, todas sancionadas por la ausencia de calidad de Claudio y Julio Salinas, representantes de una generación árida, sin categoría para sentar la diferencia en las batallas internacionales. España pagó esas carencias, pero se agarró a la abundancia de ingenio de los futbolistas que operan entre líneas: Julen Guerrero y Kiko.El juvenil bilbaíno, que juega con bisturí, siempre irrumpió en el área cargado de instinto y pólvora, con el manual del buen futbolista en la mano, ante la mirada sorprendida de Claudio y Salinas. Cuando apareció Kiko, se produjo esa reacción química que hace de licioso el juego del fútbol: el taconazo de Kiko, la aparición por detrás de Guerrero y la pe lota al hierro. Dos toques de sencillez y magia.

El equipo de Clemente presentó una buena tarjeta de oportunidades ante un equipo de buenos futbolistas y poco deseo. Chile se tapó en su campo, tocó la pelota con buen gusto y murió a 40 metros de Zubizarreta, que estuvo a punto de pillar un constipado en la primera parte. Sin embargo, la elevada cantidad de oportunidades no estuvo correspondida por una buena vertebración del juego. El equipo tuvo un exceso de defensas centrales y una querencia absoluta por la banda derecha. La izquierda no existió, abandonada a las carreras de Ton¡. Guardiola, que estuvo más espeso de lo normal, añadió el elemento de imprecisión que convirtió el juego de España en una cosa de espasmos. En medio de las crisis, se enganchaba una jugada por aquí y una llegada de Guerrero por allá. Así era el ritmo.

Los cambios en la segunda parte convirtieron el partido en algo más festivo. Casi todos los nuevos tuvieron un papel irrelevante, salvo Kiko, que se colocó como delantero centro y tuvo un papel decisivo. Kiko es un jugador dificil de meter en el catálogo. Nadie sabe si es ariete o media punta. La leyenda dice que Cruyff llegó a decir una noche que Kiko sería un gran defensa.

Guerrero fue el hombre del partido. A falta de claridad entre los delanteros, su nariz para rastrear huecos fue suficiente para desequilibrar el partido. Guerrero llegó media docena de veces frente al portero chileno. Nadie pudo detenerle, hasta el punto que pudo alcanzar una cifra escandalosa de goles.

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