El médico Luis Costart llega a España expulsado por el Gobierno guineano
Las autoridades españolas perdieron la batalla: Luis Costart, médico zaragozano detenido el pasado 28 de julio en Bata, capital continental de Guinea Ecuatorial, a causa de su estrecha amistad con un político de la oposición, fue expulsado ayer por las autoridades de la ex colonia española. Nadie le ha dado documentos ni explicaciones.Costart, de 40 años, llegó a Madrid a las diez de la noche. En Guinea, donde reside desde hace una década, se han quedado su mujer y sus dos hijos, de tres años y tres meses. La presencia de cámaras y fotógrafos despertaba la curiosidad de las decenas de personas que esperaban a otros pasajeros en el aeropuerto de Barajas. "¿Quién viene, alguien famoso?", preguntaban. El médico, desde luego, no se ajustaba a la imagen de un personaje público. Tímido y barbudo, con camisa blanca y alpargatas, quedó deslumbrado por los focos. Estaba cansado y nervioso. "Estoy bien y muy contento con el comportamiento de las autoridades españolas", acertó a decir. En todos estos años no ha perdido el acento maño.
La pesadilla de Luis empezó el pasado 28 de julio, cuando la policía se presentó en su clínica, en Bata. "Me dijeron que fuera a la comisaría. Pensé que era para visitar a algún preso, como otras veces, y me quedé haciendo unos análisis, con idea de ir después. Pero regresaron a por mí".
Ratas y orines
Después vinieron los tres días en los calabozos. "Yo conocía a los carceleros, llevo muchos años allí. Pero ha sido deprimente. Las condiciones son terribles: todo lleno de ratas y orines". En ese tiempo nadie le formuló ninguna acusación. Pero él lo sospechaba: la estrecha amistad que le une desde hace años a Amancio Nsé, dirigente del partido opositor Convergencia para la Democracia Social. La excusa fue muy simple: la policía le había parado un día que conducía el vehículo de Amancio, donde encontraron pegatinas de su partido. "Amancio y yo somos amigos íntimos, y vecinos. Usamos nuestros coches indistintamente, desde hace mucho tiempo", dice.Costart fue trasladado a Malabo. Las gestiones del Ministerio de Exteriores español fueron inútiles: la orden de expulsión llegó el jueves "por hacer propaganda a favor de los partidos políticos de oposición". Salió de país con lo puesto. La Oficina de Información Diplomática expresó ayer su repulsa por la arbitrariedad de la medida.
El médico intentó esquivar anoche todas las preguntas sobre la situación política en Guinea, pero `no pudo evitar descargar todo su escepticismo sobre la supuesta "apertura democrática" del régimen de Teodoro Obiang. "De hecho no hay ningún proceso democratizador. Dicen que va a comenzar, pero no se dan las mínimas condiciones para ello".
Costart anda desorientado.De momento le preocupa su familia. "He hablado con ellos y están bien. Espero que puedan venir la semana que viene". Luego no sabe que hará. En realidad, desea volver a Guinea, algo por lo que las autoridades españolas están ya trabajando. "Allí está mi casa y mi vida", dice, encogiéndose. de hombros.
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