B. B. King, millas de 'blues'

El programa sufrió una pequeña alteración motivada por la reticencia de B. B. King a subir al escenario ya entrada la madrugada. El rey mandó: Johnny Guitar Watson cerraría la sesión y Jeff Healey abriría inesperadamente la jornada de blues. Nacido en Toronto y ciego desde su primer año de edad, Healey ha desarrollado una curiosa manera de tocar la guitarra: apoya horizontalmente la caja sobre las rodillas y pulsa las cuerdas según una técnica totalmente heterodoxa. Tan extraña manera de tratar a un instrumento no le impide recorrer el mástil con agilidad y lanzarse a improvisar sin complejos. Todavía no ha alcanzado la singularidad estilística que distingue al buen músico de blues, pero su propuesta merece respeto y atención.Tras el esperanzador arranque, B. B. King salió dispuesto a devorar millas de blues en todas sus variantes. A punto de cumplir los 68 años de edad, sus niveles de energía, ilusión y entrega parecen de debutante. Quizá los aficionados más sobrios le reprochen cierta tendencia a sobredimensionar los ritmos y a acelerar gratuitamente los tempos, pero sus incondicionales siempre le agradecerán el espíritu de vitalidad contagiosa con que carga cada compás. Bien entrado el concierto recordó que lleva 42 años de carrera y se concentró en alguno de sus temas favoritos para resumirla. A la voz de trueno respondía la guitarra apenas en un susurro formando una pareja de irresistible atractivo: un tandem clásico de la música popular del siglo XX.

Johnny Guitar Watson fue remiso puntillero. De repente, entre humos apocalípticos empezó a sonar la banda de este olvidado guitarrista, antiguo experto en ritmos funky y actual sintetizador que cubren desde la vanguardia a la revisión estética. Nadie hubiera podido calentar el aire en tan poco tiempo.

Diez años más joven que B. B. King, el entusiasta guerrero tejano demostró estar capacitadísimo para ganar causas perdidas y, todo optimismo, desató un ciclón de ritmos que zarandearon los más dormidos corazones. Empezó con un divertido cruce entre pop y soul, que remitía a un pasado cercano, pero enseguida quiso aclarar que es excelente intérprete de blues y cuidadoso constructor de solos a media voz. Fue sólo un breve respiro previo a una monstruosa bocanada de funk avanzado.