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"Somos ciudadanos de nuestro lugar y de todo el mundo", afirma Arata Isozaki

El arquitecto japonés proyecta para La Coruña un museo interactivo

"Al final del segundo milenio, todos los seres humanos somos ciudadanos de nuestro lugar y al mismo tiempo de todo el mundo", afirmó ayer el arquitecto japonés Arata Isozaki, que asiste en Barcelona al simposio Anyway, en el que arquitectos, sociólogos y pensadores sitúan el momento actual de la arquitectura en un marco teórico interdisciplinar. Isozaki, mundialmente reconocido por la adaptación de sus proyectos al entorno, planea para la ciudad de La Coruña un museo antropológico que se terminará en 1995 y que a su juicio "ilustra sobre el cuerpo humano de un modo didáctico e interactivo".

"Pienso que es problemático predecir la muerte de cierto tipo de ciudades y de arquitecturas, porque hay opiniones para todos los gustos. La falta de modelos indiscutibles es un rasgo de nuestro tiempo; antes había uno o dos caminos que se pretendían universales, pero hoy cada zona del mundo busca su propia identidad y al mismo tiempo estamos obligados a pensar en el diálogo de identidades porque somos ciudadanos de nuestro lugar y al mismo tiempo de todo el mundo", señaló Isozaki.La atención al entorno es, en opinión del arquitecto japonés, un aspecto principal de su enfoque de los proyectos. "Antes que nada, trato de captar el espíritu del lugar y sólo entonces puedo desarrollar una idea específica, en lugar de partir de una abstracción o una estética preconcebida, intento hallar mis ideas y mis imágenes en el lugar donde debo construir", explica.

"El museo que proyecto para La Coruña por encargo de su Ayuntamiento comenzará a construirse este año y estará terminado en 1995. Es una especie de Museo de la Ciencia dedicado al cuerpo humano y lo planteo de manera que será bastante interactivo", explicó Isozaki; "el terreno en el que se ubicará está en la costa, con vista a la bahía de La Coruña, sobre un acantilado y al lado de un faro. Para organizar este espacio, he concebido dos líneas: la fachada que mira a tierra es como un biombo japonés hecho de piedra; como el biombo llegó a España en el siglo XVI procedente de Japón, es una alusión a las relaciones hispano-japonesas; la fachada de costa es una curva casi aerodinámica con placas de piedra que la integran en el acantilado".

Príncipes y arquitectos

"Me interesó trabajar en este proyecto", dice el arquitecto, "porque el lugar es muy espectacular y también porque el programa es muy interesante; se trata de educar al público sobre el cuerpo humano de manera diferente a la de los museos antropológicos habituales; será un museo participativo, que utilizará tecnologías punta".Lo que suele llamarse el diálogo del príncipe y su arquitecto es otro punto de reflexión para Isozaki, quien considera: "Esa relación es una contradicción frecuente en el trabajo arquitectónico. Sobre todo en los espacios públicos, los gobernantes suelen querer que el arquitecto les proporcione imágenes representativas, pero a la vez, la arquitectura no les pertenece a ellos ni al arquitecto, sino a la ciudad y a sus habitantes. Por eso debemos prestar atención a lo que sucede, tomar las ideas de la realidad social. A veces, en Japón, he tratado de escapar a los condicionamientos del cliente, sea público o privado, pero en otros casos, como los del Palau Sant Jordi de Barcelona o en el museo de La Coruña, trato de respetar ciertas tradiciones locales o de plasmar imágenes representativas para luego incorporar a ellas la tecnología más moderna".

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