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Interferencias políticas

No tiene muy buena opinión el fiscal general de Venezuela, Ramón Escovar, sobre la justicia en su país, que considera en crisis, porque "existe una excesiva politización por la abusiva influencia que han tenido los partidos". Para Escovar, existe una democracia cosmética, "durante 35 años hemos vivido una serie de apariencias de legalidad democrática. Más la vitrina para la exportación que las realidades domésticas", y añade: "Se violan los derechos humanos, y la dignidad del ciudadano es atropellada constantemente en Venezuela". En términos tajantes resume: "Venezuela es la Albania de América Latina".La idea de que se trata de una situación crítica para Venezuela no es ajena a las reflexiones de Escovar: "Esta decisión de la Corte [de estudiar el procesamiento del presidente] tiene en estos momentos la llave maestra de la democracia venezolana. De la forma como actúe la Corte dependerá la suerte de la democracia en Venezuela. La sentencia tendrá que ser convincente".

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Insiste el fiscal en que la Corte Suprema tiene un papel histórico: "Si la gente no tiene confianza en el poder judicial, no puede marchar la sociedad democrática. ¿Cómo pueden venir inversiones extranjeras en Venezuela cuando aquí se sabe cómo se manipula la justicia? Aquí hay tribus, que no son precisamente de indígenas, sino redes de intereses políticos para manejar influencias personales en la justicia".

Apoyo popular

Está convencido Escovar de contar con el apoyo casi total de la población venezolana: "El 90%, debe de ser más, está a favor de mi posición. Hay una minoría, algunos de los cuales son beneficiarios del poder, que dicen que este juicio es desestabilizador, y yo digo: ¿cómo puede ser desestablizador algo que está previsto en la Constitución? Además ha tenido el efecto de haber servido para encauzar esta incertidumbre e inconformidad que hay en Venezuela. Hay una tremenda insatisfacción que se expresa a través de los golpes de los últimos tiempos. Primero la insurrección del 89, un conato de insurrección popular, después dos golpes de Estado en un año, más todas las manifestaciones que hay diariamente de desacomodo en un país donde los derechos humanos se violan, donde no hay agua potable, donde los hospitales no funcionan, donde hay una inflación que afecta al nivel de vida del pueblo".Después de hablar una vez más de una "justicia interferida por los partidos políticos", expone Escovar que hoy día en Caracas hay casi tantos muertos por semana como en Bosnia-Herzegovina, y resume: "Hay una crisis de gobernabilidad. No hay orden público, no hay autoridad. Este es un país a la deriva, sin liderazgo y sin autoridad".

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