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Absuelto el presunto 'violador del ascensor' tras 10 meses de cárcel

Gabriela Cañas

Raúl, un chaval de 17 años, acaba de ser absuelto de los cargos de violación, robo y agresiones sexuales. Dos jueces han dictaminado que no es el violador del ascensor, el que ha hecho cundir el miedo y la protesta entre muchas mujeres de Alcorcón (140.000 habitantes), pero lo han hecho cuando ya ha pasado 10 meses en prisión y perdido un curso. "En la cárcel", dice con gesto serio y asustado, "sólo estaba tranquilo por la noche, cuando cerraban con llave las celdas, y ahora no sé si tengo que apuntar qué hago cada día por si me vuelven a acusar".

"Vinieron varios policías a casa el jueves, a las dos de la tarde, diciendo que tenían una acusación contra mí. Pensé que, como había perdido el carné de identidad, habían hecho algo con él". El jueves al que se refiere Raúl no es el de la semana pasada, sino el del 7 de mayo de 1992. "No se me olvidará nunca", explica, y continúa: "Me llevaron a la comisaría de Alcorcón y esperé hasta las seis de la tarde, que fue cuando varias mujeres vinieron a reconocerme. El sábado [9 de mayo] me llevaron a los juzgados, y de allí, a Alcalá-Meco".Varias mujeres de Alcorcón estaban seguras: el muchacho que les había violado, robado y / o intentado abusar sexualmente era este estudiante de segundo de BUP. La policía había llegado hasta él revisando las fotos de los matriculados en institutos y colegios de Alcorcón. En estos 10 meses, la policía de Alcorcón ha detenido a otros dos presuntos violadores del ascensor. La primera detención tuvo lugar en octubre pasado y el joven fue puesto enseguida en libertad.

El segundo arresto -un chaval de 15 años- es de hace sólo dos semanas. Ambos son tan parecidos a Raúl que la sentencia absolutoria, dictada este lunes por el Juzgado número 2 de Alcorcón, recoge 1as características físicas asombrosamente similares" de los tres jóvenes. Tan similares que algunas mujeres han llegado a identificar a Raúl, "sin ningún género de dudas", como el autor de agresiones cometidas mientras él estaba en la cárcel.

A Raúl le llegaban estas y otras noticias a Alcalá-Meco, donde muchos sabían de qué se le acusaba. "Me mandaron con un chico de Alcorcón que estaba aquel día en la comisaría y sabía que me acusaban de violación", cuenta. "Luego yo lo conté a algunos presos. Pero he recibido muchos insultos y siempre tenía miedo de que me hicieran algo".

También llegó a la cárcel para jóvenes de Alcalá-Meco la noticia de la desaparición, violación y muerte de las tres jóvenes de Alcásser (Valencia). De nuevo, Raúl asegura haber sentido la tensión contra él en el recinto carcelario.

Raúl es extremadamente serio. Delgado, apocado y alto. Este último dato, además de los análisis de sangre, le han librado de la cárcel. La mujer que más segura estaba de su testimonio afirmaba que el joven que la violó en el ascensor de su casa, el 18 de abril de 1992, era más bajo que ella. Raúl mide 1,73 metros, 10 centímetros más que el culpable de aquel delito.

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"Era un error evidente"

"Siempre es un orgullo y una alegría ganar un juicio, pero es que en este caso era tan evidente que se estaba cometiendo un grandísimo error que nuestra alegría es aún mayor", explica uno de sus abogados defensores, Mario Carreño. "Era la primera vez que defendíamos a un presunto violador en este despacho. Pero enseguida nos dimos cuenta de que Raúl no tenía nada que ver".Julia, su madre, asegura que nunca dudó de la inocencia de su hijo. "Trabajo enfrente de casa y mis hijos [tiene dos] apenas se alejan de la zona. Fíjese que Raúl empezó a salir hasta las diez de la noche cuando cumplió los 16". Y Raúl añade para sí: "Sí, pero enseguida pasó esto, así que apenas he podido salir. Porque este año no cuenta".

El juicio celebrado en octubre le absolvió. Anteayer le llegó la segunda absolución de la vista oral del 17 de marzo. Se encoge de hombros cuando se le pregunta si pedirá indemnización y mira el reloj al terminar la entrevista, anoche en su casa. Quería celebrar su libertad con su novia y sus dos mejores amigos, y aseguró a su madre que volvería a las diez.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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