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"Europa es inimaginable sin España", afirma el escritor holandés Cees Nooteboom

Comienza en Madrid el Encuentro Internacional sobre la novela en Europa

La metáfora con la que Cees Nooteboom encantó anoche a la audiencia, en la sesión inaugura del Encuentro Internacional sobre la novela en Europa, termina con los grandes personajes de la literatura europea decidiendo bautizar a la próxima estrella que sea descubierta en Europa con el nombre de quien más ha hecho por el continente desde afuera: Borges. Nooteboom, autor de fábulas donde están presentes el Norte y el Sur sin nombrarlos, comentó: "Europa es inimaginable sin España, pero...". En los próximos días intervendrán Peter Estérhazy y José Saramago, entre otros.

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La historia siguiente (Siruela), el libro que ha dado al fin el éxito a un autor hasta el momento de minorías, cuenta la historia de un hombre que se duerme en Amsterdam y despierta en Lisboa, y ésa podría ser la imagen resumen de quien se mantiene subiendo y bajando por Europa desde que en los años cincuenta se marchó a Italia agobiado por el gris de la posguerra. Luego llegó a España, como una suerte de complemento, y 40 años más tarde, según dijo ayer, le parece que el italiano no resiste la comparación con el castellano, que habla bastante bien.Nooteboom no sabe todavía qué es lo que encuentra en lo que el llama la meseta, y que le equilibra el espíritu. Hasta el momento ha escrito un libro sobre Zurbarán, otro de próxima aparición llamado El desvío de Santiago, vive en Menorca durante los meses del verano, y basta oírle hablar sobre el monumento de los reyes en León, para comprender que su conocimiento sobre España llega a las notas a pie de página. "Cuando escuché por primera vez la expresión bárbaros del Norte me oféndí", dice, y, aunque comprende a qué se debe, explica que en Menorca los extranjeros son a menudo más cuidadosos con el entorno que muchos españoles.

"No podría vivir en España todo el año", dice. "Una Europa sin España es inimaginable, pero.... Se habla mucho de modernidad pero muchas cosas aún faltan: el ruido, los correos, Iberia, o las cabinas de teléfono robadoras".

Parábola

Por la noche, Nooteboom propuso una bella parábola llena de humor, dividiendo el mundo entre los personajes inventados y los no inventados, que sobre viven a aquellos pero dependen de ellos. ¿Hasta dón de depende la realidad de la literatura?, se preguntó. Pues la burguesía francesa no existiría sin Balzac. "Los escritores no escriben sobre estadísticas`, dijo, "sino sobre paradojas". Paul Nizon es un suizo alemán que hace 16 años se marchó de Suiza huyendo de la pérdida del sentido de la realidad que sufre quien vive en ese país. En estos 16 años ha cambiado 20 veces de casa en París y se definió a sí mismo como un 'urbanoadicto". De edad indefinible por su aspecto (tiene 64 años), la leyenda de Nizon dice que se ha pasado la vida en la noche y el subsuelo. Seguidor de la tradición germánica obsesionada por el Sur, la experiencia más intensa que ha tenido Nizon con una ciudad la vivió hace 30 años con Barcelona, y por las sombras que pasan por sus ojos hundidos, de un azul casi inverosímil, aquello debió de ser, como dice él, "un estado de delirio y de éxtasis". Lo cuenta en su novela Inmersión.

Crítico de arte durante años, autor de un libro sobre Goya, y escritor poco propenso a los cenáculos, Nizon comentó ayer a este periódico que había aceptado la invitación al encuentro porque le interesa el tema -"Europa no debe ser más que el primer paso antes de una solidaridad mayor", dijo-, y también por la esperanza de ver los frescos de Goya en la iglesia de San Antonio de la Florida, pues en visitas anteriores la había encontrado cerrada.

"En la época de mi libro sobre Goya estuve muy próximo del espíritu español". Al preguntarle la razón, Nizon se refugia, en las cavernas de sus ojos y responde con la voz más educada y baja que se pueda imaginar: "Por la omnipresencia de la muerte. Una omnipresencia que permite a la vida una gran intensidad".

"Siento que pertenezco a Europa cuando no estoy en ella, en Estados Unidos o en Oriente", dice quien luego dedicará toda su ponencia a la condición de extranjero en la gran ciudad, que equivale a la de resistente. "El extranjero es mi elemento artístico", dijo.

"Las únicas verdaderas amantes del escritor son las ciudades".

"De todas formas no creo que los problemas actuales se puedan reducir a Europa, sino sólo como un paso previo para la solidaridad universal, que urge". Nizon considera que el primer rechazo de Suiza para integrarse en Europa fue "una manifestación de miedo y egoísmo". Los suizos, vaticina, terminarán por votar a favor de la integración.

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